Una de las caras de la franquicia durante la era Lombardi y además el quarterback más ganador en cuanto a títulos en los Packers, pero más allá de sus logros deportivos a Starr siempre se lo recordará por su apego y sentido de pertenencia a la ciudad de Green Bay y al equipo.

Seleccionado en la 17ma ronda y en el pick 200 del draft de 1956, de inmediato lideró al equipo a la consecución de 5 títulos incluidos los primeros dos SuperBowl de la historia, los Packers ganadores y todopoderosos de la década de los sesenta se consolidaron como una dinastía al mando de Bart Starr.

Su número el 15 fue retirado de la franquicia de Green Bay en 1973 y forma parte del exclusivo club de jugadores cuyos números no se pueden usar en los Packers, entre ellos figuran: el #14 de Don Hutson, el #3 de Tony Canadeo, el #66 de Ray Nitshcke, el #92 De Reggie White y el #4 de Brett Favre. En la actualidad y tras su fallecimiento los Packers han anunciado que portaran su número, el 15, en su casco durante la temporada 2019

Con los queseros jugó 15 años de 1956 hasta 1971 y más adelante fue nombrado entrenador en jefe, aunque no tuvo un ciclo exitoso como lo tuvo de jugador, estuvo en dicho cargo de 1975 hasta 1983.

Starr como jugador concluyó su carrera con 207 partidos con los Packers; y terminó con 1808 pases para 24718 yardas y 152 touchdowns.

El nombre de Starr inauguró en Green Bay no solo una época exitosa, sino también, generaría una identidad de equipo en donde el mariscal de campo talentoso es una pieza fundamental de la franquicia, junto a él nombres como Favre y  Rodgers han sabido perdurar dicha identidad del equipo, justamente en el 2015 asistió a la ceremonia en la cual se retiró el número 4 de otro mítico quarterback de los Packers: Brett Favre.

Bart Starr junto a Brett Favre en la ceremonia de premiación de Favre. (foto: www.packers.com))
Bart Starr junto a Brett Favre en la ceremonia de premiación de Favre. (foto: www.packers.com))

El graduado de la universidad de Alabama ha partido este año a la edad de 89 años y ha dejado un hueco enorme en el corazón de todo fanático de Green Bay, pero su nombre y su legado vistiendo el amarillo y verde de los Packers será eterno. 

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