Marco Rossi ha regresado a Austria, su país natal, en vistas a su recuperación por complicaciones derivadas tras haberse contagiado por COVID-19 el pasado mes de noviembre, al confirmar fuentes de la franquicia de Minnesota el adelanto que el pasado viernes hiciera al respecto el redactor de “The Athletic” Michael Russo.

Una confirmación que se hizo esperar ya que desde la gerencia de Minnesota Wild no se querían violar las leyes federales que protegen la confidencialidad de los datos médicos, pero finalmente aunque de un modo vago y sin precisar el tipo de complicaciones derivadas de la afección por el virus han salido a la luz.

El jugador volverá a ser examinado dentro de seis semanas, un periodo de tiempo en el que el jugador se tomará las cosas con calma de cara a su total recuperación para que se incorpore en plenitud de condiciones a la concentración de pretemporada para el curso 2021-22 en el que se espera ya por fin volver al ritmo y fechas habituales en la NHL.

Y es que a pesar de lo preocupante que pueda resultar esta situación, desde el equipo se confía en la plena recuperación de su joven promesa, y no se trabaja bajo otra hipótesis.

El jugador tras pasar la enfermedad ha jugado en el ZSC Lions de la National League suiza en un periodo de cesión al igual que otros jugadores que buscaban un punto de forma en Europa mientras se iniciaba la NHL. No solo eso si no que además capitaneó al conjunto austriaco en el mundial junior aunque manifestó cierto cansancio y malestar en el torneo, no lo atribuyó a su reciente enfermedad.

Sería el servicio médico de los Wild el que lo apartaría de las pistas de hielo tras el examen previo al training camp para iniciar la temporada. No se desveló entonces ni se conoce ahora el detalle de las complicaciones que lo apartaron, pero que no fueron detectadas ni en Suiza ni por la selección austriaca.

En definitiva, en Minnesota deberán esperar un poco más para disfrutar y pulir un diamante que debe hacer crecer aún más al equipo de cara a asaltar la Stanley Cup.