La NHL ha anunciado que el árbitro Tim Peel no volverá a oficiar en ningún partido más tras el último dirigido el pasado martes que enfrentó a Nashville Predators y Detroit Red Wings en el Bridgestone Arena.

"No es para tanto, pero estaba deseando pitar una p*** infracción pronto a Nashville...", ese es el comentario captado por uno de los micrófonos encargados de recoger los sonidos de la transmisión televisiva.

La decisión por parte de la NHL ha sido taxativa e inmediata con el anuncio de que el veterano árbitro ya no volverá a patinar y pitar en una cancha de la liga. Colin Campbell, vicepresidente de operaciones de hockey de la NHL ha declarado: "Nada es más importante que la integridad del juego". Y es que esa frase introduce una posibilidad de arbitrariedad en el desarrollo de los partidos, una situación inadmisible en el deporte profesional donde un resultado marca el movimiento de millones de dólares de una franquicia a otra.

El consenso general es que esta frase ha sido un hecho desafortunado que no afecta a la limpieza de la competición. Es un hecho habitual en muchas competiciones que los árbitros utilicen las medidas disciplinarias para mantener el control del partido y evitar que los mismos puedan convertirse en una batalla campal, pero un hecho es que algo se sepa, y otra que se haga evidente, y precisamente esta cuestión de imagen ha sido clave para este despido, aún cuando Peel tenía prevista su retirada al final de esta temporada.