Llegó a Buffalo casi inesperadamente, puesto que nadie tenía muchas esperanzas en que un jugador de la talla de Hall pudiera recalar en un equipo que lleva actualmente diez años sin disputar unos playoff. Pero para sorpresa de todos, el jugador canadiense finalmente se sumó al proyecto liderado por el gerente general de la franquicia, Kevyn Adams.

Todo hacía presagiar que Taylor Hall daría ese punto de calidad que en esta última decada le ha faltado a los Sabres. Para desgracia del club y su afición, nada más lejos de la realidad. Hall en lo que llevamos de liga se ha mostrado como un jugador desconectado totalmente,  y sobre el hielo no parecía el jugador que se pudo ver en New Jersey, en su época con los Devils, o en su paso por Edmonton con los Oilers. 

A pesar de cobrar una ficha de ocho millones esta temporada, y de tener en su contrato una cláusula que le impide marcharse a otro club durante este año, lo cierto es, que el canadiense tiene muchas ganas de abandonar "el barco" de los Sabres, y la franquicia estaría dispuesta al canje, si eso conlleva que lleguen a Buffalo otros jugadores interesantes para el futuro.

  • Números paupérrimos

En once años de carrera en la NHL, Taylor Hall no había presentado unos números tan lamentables, y cómo no, tenía que ser con los Sabres. Y es que, en 37 partidos jugados, el delantero ha marcado sólo dos goles y ha sumado en total 19 puntos, un balance muy pobre para el que se supone que es una de las estrellas de la liga, o al menos eso debió pensar Adams al ficharlo, y pagarle semejante ficha.

Aún con esos números, Hall sigue teniendo "novias" , y ya ha habido rumores sobre el interés de algunos equipos como los New York Islanders, Boston Bruins o Florida Panthers, pero la ficha alta dificulta las posibles negociaciones. 

Aún con todo eso, se espera que para los próximos días y antes de que acabe la fecha límite de traspasos, Hall negocie su futuro en otro lugar lejos de Buffalo. Sin duda, ningún aficionado de los Sabres recordará el paso del canadiense por la franquicia neoyorquina.