Era un partido importante para las mujeres de la Familia. Si ganaban, clasificarían primeras de grupo. Si perdían, dependían de Serbia, y nadie quiere depender de Sonja Vasic. 

De ese modo, con un protagonismo repartido entre muchas de las jugadoras de Mondelo, la selección española se impuso ante Canadá. 66-76 a favor de las españolas es el marcador con el que cierran la fase de grupos, asegurándose entrar en el primer bombo del sorteo de cuartos de final. 

  • Las jugadoras. Astou Ndour, doble-doble como si nada.

En un partido con la anotación repartida entre las filas españolas, Astou Ndour fue la MVP. Como las grandes jugadoras de la historia, hizo 20 puntos y recogió 11 rebotes, y lo hizo sin que el espectador se pudiera dar cuenta. Poco a poco, al trán trán, la jugadora interior hispana deleitó a los madrugadores con una mayúscula actuación, al mejor nivel que puede ofrecer. 

También destacó Alba Torrens, que dio la talla en los momentos más importante y críticos del partido, con 12 puntos a sus espaldas. Cristina Ouviña lideró las asistencias, realizando 7 en el partido, y 15 tantos que encestó. Junto a ellas, una impecable Queralt Casas, que firma 8 puntos y 5 rebotes en 17 minutos. 

Siguen sin jugar, como en el encuentro anterior, Tamara Abalde y Leonor Rodríguez. 

Por el lado canadiense, destacó Kia Nurse, que gracias a su acierto en el triple saldó el encuentro con 14 puntos. También a subrayar las actuaciones de Carleton y Fields, frenando a las españolas para no hundirse rápidamente. 

Mondelo, el verdadero protagonista / Fuente: FIBA
Mondelo, el verdadero protagonista / Fuente: FIBA

Sin embargo, el más destacado del encuentro fue el seleccionador español. Con una intensidad y una potencia dignas de una final, Lucas Mondelo estuvo en todos los lados de la cancha, sin moverse del banquillo.

Defendía, corriendo tras las jugadoras canadienses y gritando a sus jugadoras ''está sola'' si había alguna americana liberada. Atacaba, gritando desde su porción de cancha las jugadas qué hacer. ''Ábrete, Astou, Pantalón''. ''Pío Pío, Silvia''. Y protegía, con todas sus fuerzas, a sus jugadoras, peleando contra los árbitros hasta acabado el encuentro, reclamando faltas no pitadas. Lucas Mondelo, el sexto hombre de España.

  • El partido. Altos y bajos en una anotación coral. 

La potencia española fue suficiente para abrir el marcador con una impecable Cristina Ouviña, a pocos segundos de comenzar el partido. Desde los primeros compases Laura Gil fue esencial en el poste bajo, vaticinando su importancia a lo largo del encuentro. 

Astou Ndour apareció también pronto, encontrando fácilmente el camino de la anotación. Por el lado canadiense, Carleton y Fields se mostraron acertadas, aunque todas sus compañeras estaban realmente metidas en el partido. Desde la primera nota de su himno, tenían en mente luchar por facilitarse el pase a cuartos de final sin depender de nadie. 

Mondelo mantuvo casi en la totalidad del primer cuarto su quinteto más eficaz. Dos bases, Domínguez y Ouviña; una alero, Torrens; y dos jugadoras interiores, Ndour y Gil. 

Torrens / Fuente: FIBA
Torrens / Fuente: FIBA

Fueron adelantándose en el marcador las norteamericanas, poniéndose a dos de la españolas con un 11-13 a falta de cuatro minutos para terminar el primer tiempo. Tuvo que aparecer la que nunca falla, Ndour-Fall, que debía imperar tanto en ataque como en defensa para frenar la locura canadiense. A mayor velocidad, más les perjudicaba a España, que juega de forma veloz pero contenida.

No estuvo tan acertada como en el partido anterior Maite Cazorla, pero sí apareció Queralt Casas, con pocos minutos en los encuentros que precedían a este choque. El acierto español provocó una renta de diez puntos al final del cuarto, con un 13-23. Frenaba la anotación la insistencia por dar el extra pass siempre que se podía, lo que acabaría acarreando un problema de mayor envergadura en los últimos cuartos. 

Canadá, con un juego progresivo, comenzó a presionar de una forma más directa a las jugadoras españolas, con una impecable Carleton que capitaneaba a sus compatriotas. La agresividad de las canadienses frenó la anotación española durante la primera mitad del cuarto. Además, el arbitraje se endureció, sembrando la semilla de la confrontación entre el banquillo hispano y los colegiados.

Con María Conde en cancha, la velocidad y la presión se afianzó entre las filas de la selección, dando alas a Domínguez y a Gil para subir un escalón en su maestría. 23-27 a favor de España era el marcador cuando quedaban cinco minutos para irse al descanso, en minutos en los que se sumaron al acierto las jugadoras interiores, como Carrera. 

Gracias a la rapidez en las transiciones llegaron los puntos de Cazorla, la decisión de Domínguez o la conexión entre Queralt y Raquel. Para irse al túnel de vestuarios, la ventaja era de seis, indicando el luminoso un 34-40 a favor de España. 

El tercer cuarto comenzó con una enorme Laura Gil en el poste bajo, resolviendo ella sola varias acciones en ataque. La lucha por el rebote, con la misma protagonista, se endurecía, pese a la ventaja española con Ndour sumándose a la pívot del Valencia Basket. 

No dejaron anotar a Canadá en los primeros tres minutos, sumando nueve puntos al marcador de la primera parte. En el banquillo, risas lideradas por la capitana, Laia Palau. Conde, sentada tras su participación en el segundo período, emanaba energía con sus gritos de ánimo hacia sus compañeras. 

A la mitad del cuarto, 36-53 a favor de España era el marcador. Silvia pedía calma en el ataque, jugando con el orden y la determinación que identifica a las españolas. Las anticipaciones de Gil hacían imposible que las americanas penetraran hacia aro, robando balones y provocando todo tipo de pérdidas entre las filas canadienses. 

Sin embargo, Nirra Fields y Bridget Carleton supieron encontrar la vía anotadora, abriendo paso a sus compañeras. ''Every possession is freaking critical'', decía la seleccionadora canadiense, indicando la importancia de cada balón para poder ser las mejores terceras. 

Queralt, brillante / Fuente: FIBA
Queralt, brillante / Fuente: FIBA

Para templar el juego salió a la cancha Laia, mientras Astou Ndour seguía, poco a poco, anotando y aumentando la diferencia. 47-60 era el resultado a falta de diez minutos para conocer cómo terminarían las nacionales la fase de grupos de los Juegos Olímpicos. 

Pese a la facilidad anterior para anotar, algo debió enfriar las muñecas del combinado español al comienzo del último cuarto, pues no entraban las canastas. Las canadienses forzaron pérdidas hispanas, y Mondelo no escondía su descontento con los árbitros

Kia Nurse emergió de las cenizas y anotó un importante triple que las ponía a solo ocho puntos de las de la Familia, quedando aún ocho minutos. Carleton ayudó a minimizar aún más el average, pero apareció Alba Torrens para meter en partido de nuevo a sus compañeras.

Demostrando que cuando unas no pueden anotar, siempre habrá otras que consigan encontrar la manera, España debía defender para frenar del todo a sus rivales. Astou fue la que puso la guinda a la anotación, confiando en Gil en la defensa. Silvia Domínguez dio otro paso al frente y se mostró muy acertada, siendo esencial en el clutch

A falta de dos minutos, Mondelo no podía soportar la laxitud arbitral. Gritó desde el banquillo un sonado ''ostia puta'', que el árbitro debió entender como un insulto hacia su persona, y posteriormente tuvo que defenderse. Pese a ello, le pitaron la técnica y siguió luchando por la injusticia. ''Ya está bien, Lucas'', le gritó Laura Gil desde la cancha, para calmarlo. 

Pese a las opiniones sobre el arbitraje, venció España 66-76, clasificándose como primera de grupo. Pero el sexto jugador, Lucas Mondelo, aún quería explicar a los árbitros lo sucedido.

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