Estalló la bomba. Tras hacerse pública la investigación sobre los supuestos delitos sexuales cometidos por Bradley Aldrich en 2010, Stan Bowman dejó de ser el General Manager de Chicago, así como Al MacIsaac también abandonó su cargo como vicepresidente de operaciones en los Blackhawks. Ambos eran los únicos ejecutivos que seguían en su puesto once años después del escándalo. La decisión fue tomada por el CEO Danny Wirtz y el presidente Rocky Wirtz tras una reunión este martes.

Chicago contrató en junio a Jenner & Block, un bufete de abogados, para llevar a cabo una investigación independiente. El encargado fue Reid Schar, jurista que llevó a cabo el trabajo durante cuatro meses y que entrevistó a 139 personas, entre las que se encuentran 21 jugadores de la actual plantilla y otros 14 del plantel de la temporada 2009/10.

Lo que revela la investigación es que el 23 de mayo de 2010, una hora más tarde de haber conseguido billete para la final por la Stanley Cup, varios ejecutivos y entrenadores se reunieron para hablar sobre las acusaciones contra Aldrich y decidieron no hacer nada durante las tres próximas semanas. Incluso, se le permitió viajar con el equipo durante ese periodo y participar en las celebraciones derivadas por el título. Fue ya el 16 de junio cuando desde la franquicia se le plantearon dos opciones: hacer frente a una investigación o dejar su puesto. Optó por lo segundo, algo que le reportó un beneficio económico de alrededor de 20.000 dólares, que se suma a 15.000 más que había ganado por bonus relacionados con los playoffs.

“Está claro que la organización y sus ejecutivos no estuvieron a la altura de nuestros valores a la hora de manejar estos incidentes perturbadores. Nos arrepentimos profundamente del daño causado a John Doe y otros individuos que también fueron afectados, les hacemos llegar nuestro mayor perdón. Debemos hacerlo mejor”, reza una parte del comunicado publicado ayer por los Blackhawks en sus redes sociales.

Rocky Wirtz | Fuente: NHL.com
Rocky Wirtz | Fuente: NHL.com

 

“Aunque nada puede cambiar el perjuicio a mi vida durante la última década por las acciones de un hombre dentro de nuestra organización, estoy contento de que la verdad haya sido reconocida. Si hubiéramos sabido algo, estoy convencido de que hoy no estaríamos aquí”, señaló Rocky Wirtz sobre si ellos conocían algo sobre el escándalo de 2010.

De acuerdo con lo que relata la denuncia de John Doe, alias para referirse al primer afectado, Aldrich le amenazó y le tocó de manera forzada durante una cena para después invitarle a su apartamento esa misma noche. Paul Vicent, entrenador de habilidades en aquella época, se enteró de lo sucedido y se lo comunicó al equipo, que decidió no denunciarlo a la policía de Chicago.

Ahí no se acabarían los problemas para Bradley Aldrich, que según revela la investigación también realizó tocamientos a un directivo que por aquel entonces tenía 22 años. Ambos se montaron en un taxi tras la celebración de los Blackhawks por el campeonato y él le intentó convencer para subir a su domicilio, aunque encontró la negativa como respuesta por parte del joven. Además, en 2013, Aldrich se declaró culpable de un delito menor de conducta sexual con un chico popularmente conocido como John Doe 2.

Más allá de las acciones que ha tomado la franquicia, la NHL no es ajena a lo sucedido y ha multado con dos millones de dólares a los Blackhawks.

El escándalo también le ha costado a Stan Bowman su puesto como GM del equipo olímpico de hockey estadounidense.

En lo deportivo, la franquicia ha comenzado la temporada de la peor manera posible: séptimo en la división central con un punto y cinco derrotas en seis partidos. Hoy, los Blackhawks vuelven al hielo y lo harán en casa frente a los Toronto Maple Leafs.

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