Guy Lafleur ha fallecido a la edad de 70 años tras ceder en la batalla que durante tres años ha disputado contra el cáncer. Para aquellos aficionados que han llegado al hockey desde fuera de países en los que este deporte brilla por su falta de tradición, puede parecer que solo nos deja un veterano más. Pero Lafleur fue de esa clase de jugador que los que le vieron en el hielo no lo olvidaron jamás y cuyos registros guardarán su memoria mientras el hockey, el deporte que practicó, amó e hizo más grande persista.

El duro camino de promesa a figura

Una carrera como juvenil excepcional, levantó una expectación sin parangón por su llegada a la NHL, en Montreal donde el hockey y su cultura francófona alcanzan cotas de creencia religiosa, se le esperaba como el sucesor de Jean Béliveau, que dejaba el hockey en 1971 justo con la llegada de Lafleur, como la punta de lanza y figura franco-canadiense de los Habs.

Tomó cuatro temporadas que el jovencísimo Lafleur rompiera en lo que todos esperaban de él, pero una vez que lo hizo, no solo se convirtió en sucesor de los legendarios Béliveau o Maurice "Rocket" Richards, si no que él mismo se estableció como una figura y leyenda de toda una institución como es el Club de hockey Canadien.

Anotador incansable

Números que impresionan nos sirven para resumir su carrera, solo con Montreal marcó 518 goles y 1.246 puntos en 961 partidos vistiendo el jersey tricolor, y en playoff marcó 57 goles y anotó 153 puntos en 124 encuentros.

Seis temporadas y además consecutivas con al menos 50 goles y 100 puntos, y cuatro de sus cinco Stanley Cup de modo consecutivo también. En 1985 dejó a los Habs para más tarde volver a jugar, un año con New York Rangers y dos temporadas más con Quebec Nordiques, para ya en 1991 colgar los patines de modo definitivo.

Máximo anotador de la historia de Montreal Canadiens, cinco stanley Cup, tres trofeos Art Ross, dos trofeos Hart, dos Lester B. Pearson, un Conn Smythe, campeón de una Canada Cup seis veces All Star y obviamente miembro del Salón de la Fama. Toda una batería de logros que hacen que el que su número 10 cuelgue del techo de la casa de los Habs una sola vez, se antoje hasta corto.

Su recuerdo será eterno en el estadio de los Habs | Foto: NHL.com
Su recuerdo será eterno en el estadio de los Habs | Foto: NHL.com

Su silueta en el hielo, inconfundible

Pero no se trata solo de amasar estadísticas y números, el modo en el que lo hacía Lafleur, marcó los "recuerdos hockeysticos" de todos aquellos que lo vieron o enfrentaron en el hielo. Gary Bettman, comisionado de la NHL así lo remarcaba al glosar su figura: "No necesitabas ver el nombre de Guy Lafleur o su dorsal en el jersey cuándo "The Flower" (sobrenombre por el que se le conocía en el entorno anglófono) llevaba el puck con su stick," declaraba el dirigente. "Elegante como él solo a la vez que talentoso, Lafleur portaba una figura apuesta e inconfundible cada vez que se deslizaba por el hielo del Montreal Forum, sus largos mechones rubios fluyendo(que son los que le dieron en el mundo francófono su sobrenombre de "Le Démon Blond") en su ademán cuando se preparaba para lanzar un puck que batía a un portero impotente para detenerlo o dejar a un compañero listo para marcar gol."

Foto: NHL.com
Foto: NHL.com

Como sucede con las grandes y verdaderas leyendas deportivas, su comportamiento y rendimiento en el escenario deportivo, era el reflejo del ser humano que era fuera de él. En su vida después de ser jugador, como embajador de la franquicia en la que desarrolló la parte fundamental de su carrera, su palabra y opinión era siempre respetada y escuchada aún en la discrepancia.

En el lapso de siete días, el hockey celestial se apunta a otra gran estrella tras dejarnos otro legendario como Mike Bossy. Su legado nos ha permitido disfrutar del hockey moderno, DEP.