De las cuatro eliminatorias que tenían posibilidad de cierre en la noche del jueves, solo la que enfrentaba a Minnesota y St. Louis llegó a término, tanto Toronto como Los Angeles tuvieron su oportunidad de unirse a los de Misuri, pero Tampa Bay y Edmonton le dieron la vuelta a los partidos para forzar el Game 7.

Solo Boston Bruins dejó claro a los Carolina Hurricanes, que si querían la eliminatoria, no sería violando la santidad de su casa y tendrían que ganárselo en Raleigh.

(3) Boston Bruins 5-2 Carolina Hurricanes (3)

El primer partido de la noche no se salió del guion general de esta serie, victoria local, sin opción visitante alguna a haberse hecho con el partido, y teniendo en cuenta todo lo anterior, los Bruins forzaron el séptimo partido sin pasar por el riesgo de la eliminación en el transcurso de los 60 minutos.

Brad Marchand y Charlie Coyle con su gol y asistencia por barba y Jeremy Swayman que volvió a acorazar su portería frente a los Canes, se llevaron las luces individuales dentro del buen trabajo colectivo de su equipo.

Ahora toca esperar si ese séptimo partido en Raleigh, seguirá la tónica habitual, cosa que sin duda desearán los Canes, o si la tensión especial de un partido tan decisivo pesa y unos veteranos Bruins, le comen la tostada a unos menos esperimentados Hurricanes.

(3) Tampa Bay Lightning 4-3 Toronto Maple Leafs (OT) (3)

Si hay una eliminatoria que se merece un séptimo partido, es esta que enfrenta a los actuales campeones con uno de los equipos que aspira a destronarlos. Los Lightning contaban con el apoyo del público del Amalie Arena y la asombrosa capacidad de recuperación del equipo que no pierde dos partidos consecutivos en playoff en las 15 ocasiones anteriores que enfrentaron la situación.

Y el partido parecía seguir ese relato, los Bolts empezaron fuerte aunque no terminaban de encontrar el hueco en la portería de Jack Campbell, pero finalmente Ondrej Palat acabó inaugurando el marcador y poniendo la ventaja para los Bolts. 

Pero en este baile hay dos participantes, y los Leafs empezaron a mostrar su colmillo en el segundo periodo, pero los dioses del hockey estaban con Tampa y Anthony Cirelli, se destapó con un gol en inferioridad en la única ocasión que los Leafs disfrutaron de un power play y parecía dar un mazazo a los canadienses.

Pero los dioses tienen el privilegio de ser caprichosos, y se cambió la dirección del partido. No transcurrió un minuto siquiera cuando Auston Matthews recuperó el ánimo de su equipo dejando un solo gol de distancia.

Con la herida cosida que no curada, los Leafs cercaron a un Vasilevskiy al que parecía faltarle un punto de seguridad, y en el último minuto, John Tavares llevó la ventaja a su equipo con dos goles consecutivos.

El tercer periodo se iba consumiendo y los Bolts no encontraban el gol, pero finalmente Nikita Kucherov, en el intercambio de grandes apariciones de grandes jugadores de ambos equipos, llevó el partido a la prórroga. Una prórroga que pudo haber evitado Brandon Hagel, que con la portería franca, no fue capaz de introducir el disco en la misma.

Un tiempo extra en el que Tampa Bay volvió a encontrarse con el mejor Vasilevskiy justo a tiempo, el muro que puso en su portería, permitió a sus compañeros, en concreto a un habitual de estos momentos, Brayden Point, marcar el tercer gol ganador en prórroga de playoff de su carrera.

Razones para el optimismo en ambos lados de cara a ese Game 7, los Bolts, porque saben jugar bajo presión, y los Leafs, porque son mejores que el año pasado y más fuertes a la hora de poder derrotar a sus fantasmas, y además, ellos tampoco han perdido dos partidos consecutivos en esta serie.

(4) St. Louis Blues 5-1 Minnesota Wild (3)

Dean Evason colocaba bajo los tubos de Minnesota a Cam Talbot, esperando que con el cambio de guardameta, la eliminatoria cambiara la inercia de dominio por parte de los Blues, muy similar a la que se mostró en la temporada regular, y que los Wild demostraron que era posible doblegar en la primera parte de la misma, llegando incluso a mandar en el marcador general de la serie.

Pero St. Louis metió la directa y los goles caían uno detrás de otro en la portería de Minnesota, mientras que Jordan Binnington resolvía el trabajo que le iba llegando a su portería, redimiéndose de la etapa negra en postemporada que le ha perseguido hasta estos tres últimos partidos desde que ganara la Stanley Cup de 2019.

El arreón final visitante solo sirvió para arrebatar el premio de la portería a cero para Binnington y la sirena final llevó al tradicional apretón de manos.

Ahora los Blues enfrentan un hueso más duro de roer, Colorado Avalanche en la segunda ronda de los playoff.

(3) Los Angeles Kings 2-4 Edmonton Oilers (3)

Difícil papeleta la de Edmonton tras caer en la prórroga en el quinto partido en casa, dando a Los Angeles Kings no solo la oportunidad, si no la creencia de que podían llevarse esta eliminatoria. Y puede que en temporadas anteriores ese hubiese sido el resultado, pero los petroleros, y en concreto su capitán, Connor MacDavid, no estaba por la labor.

Connor MacDavid y Evander Kane, la otra gran estrella de la noche para Edmonton, a pase del segundo, el capitán a los 1:40, ya ponía por delante a su equipo con una maniobra envolvente sobre la portería de Quick a la que no pudo responder con suficiente rapidez el veterano guardameta. Después también antes de que el segundo periodo llegara a los dos minutos, era el renacido Kane el que doblaba la ventaja de los Oilers.

Pero los angelinos se han deshecho de cualquier clase de complejo en esta serie y a pesar del control de partido de los hombres de Jay Woodcroft, los de su anterior jefe Todd McLellan, fueron capaces de llevar el empate a dos justo al inicio del tercer periodo.

Pero lo dicho, las estrellas están para brillar y con asistencia primaria de Draisaitl y secundaria de MacDavid, Tyson Barrie se llevaba el premio de gol ganador del partido, rematado por el gol a puerta vacía que con sus dedos recordó a todo el público angelino que se jugaría un día más, que habría un partido número siete en Edmonton.

Que en ese partido se imponga el talento de ahora de Edmonton o el de futuro de Los Angeles, seremos testigos los más afortunados, los aficionados al buen hockey.