"La familia perfecta", humor y reflexión

"La familia perfecta" nos hace creer que estamos ante una comedia típica en la que vamos a ser testigos de los estereotipos de las diferencias de clases, sin embargo, esta historia de Arantxa Echevarría guarda un mensaje mucho más profundo que este, pues, aunque realmente estemos ante una comedia muy entretenida que hace que pasemos un buen rato, el mensaje principal guarda una gran reflexión para todos los espectadores.

Nada más empezar, nos presentan a un matrimonio adinerado, ellos son Lucía y Ernesto, interpretados por Belén Rueda y Gonzalo de Castro, quienes tienen un hijo, Pablo (Gonzalo Ramos), que sorprende a sus padres con una noticia inesperada, su boda con Sara (Carolina Yuste) y todo lo que ello conlleva, que es que tener que conciliar con sus padres (José Coronado y Pepa Aniorte), una familia de una clase social totalmente distinta con una forma de vida muy dispar. Esta es la idea que se nos presenta en un principio, sin embargo, a medida que la película va avanzando, esta no sólo va ganando calidad en el ámbito humorístico, que podemos ver en forma de sátira e ironía constantemente en las escenas protagonizadas por los dos matrimonios, si no también en el guion, que gira de forma inesperada cuando ya nos encontramos a mitad de la película y creemos intuir el final de esta. 

Es entonces cuando lucen especialmente las interpretaciones de las tres actrices protagonistas, destacando especialmente la de Belén Rueda, pues es quien sostiene casi en todo momento el peso del largometraje. Es en esta parte del film cuando vemos el mensaje que realmente Echevarría transmite mediante la historia, que es la necesidad de alzar la voz por todas esas mujeres que dejan sus vidas a un lado por el cuidado de sus familias, por la pérdida de ellas mismas cuando son dejadas a un lado por sus hijos al crecer y de la necesidad de sentirse queridas y valoradas y encontrarse de nuevo. En definitiva, se trata de poner en valor el sacrificio de todas esas madres que no sólo son madres y que tan bien nos hacen ver Belén Rueda y Pepa Aniorte mediante sus personajes.

Así mismo, vemos el significado de la familia, de los desquicios que producen y de la falta de entendimiento, pero a la vez, de la necesidad de sentirse querido y aceptado entre aquellos que más quieres. En conclusión, se trata de una película divertida y amena que hace que durante hora y media puedas disfrutar de una buena sesión de cine.

 

 

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