María de Villota Ruiz ha sido y seguirá siendo para mucha gente una heroína, alguien que luchó por sus sueños y que por desgracias del destino no pudo llegar a cumplir. María, hija del ex piloto de Formula 1 Emilio de Villota, fallecía el pasado viernes a sus 33 años por causas naturales, 1 año, 3 meses y 8 días después de su famoso accidente a los mandos del Marussia cuando el monoplaza falló al frenar y se estrelló contra un tráiler, provocándole múltiples secuelas físicas para el resto de su vida, entre ellas, la pérdida de su ojo derecho. A día de hoy, la FIA todavía no ha esclarecido los hechos de por qué se produjo un accidente que truncó la estrella que siempre había acompañado a María a lo largo de su vida profesional.
Comienzo en los karts
María comenzó desde muy joven a interesarse por el mundo del motor, debido principalmente a la influencia de su padre Emilio de Villota, que llegó a ser piloto de Formula 1 entre los años 1976 hasta 1978. El apoyo de su familia para que cumpliera su sueño fue total. Su hermano, Emilio de Villota junior, debutó junto a ella en 1996 (contando ella con apenas 16 años) en el mundo de los karts, algo que pareció dársele más que bien, a tenor del interés que mostró por ella el equipo Movistar, que participaba en la Formula Castrol por aquellos años.
Su primer monoplaza
Comenzaba el nuevo siglo y empezaba una nueva etapa en la vida de María. Su éxito en los karts la había llevado a pilotar un monoplaza a las órdenes del equipo Movistar en la Formula Toyota Castrol 1300. Con veinte años se subió a su primer monoplaza donde volvió a demostrar que tenía un futuro brillante y prometedor en el mundo del motor consiguiendo en su primera temporada un podio (quedó 7ª en la clasificación). En la temporada siguiente, la madrileña obtuvo dos victorias, terminando en 2º posición en el campeonato. La estrella de María poco a poco comenzaba a brillar en el mundo del automovilismo. El siguiente paso sería la Formula 3, gracias al apoyo de su padre, Emilio de Villota.
La Fórmula 3 fue demasiado
Los buenos resultados que la habían catapultado hacía el campeonato de España de Fórmula 3 en los karts y Formula Toyota Castrol 1300 no se repitieron, provocando que la piloto decidiera dejar por un tiempo los monoplazas para centrarse en otras categorías, concretamente en los turismos. Sus mejores resultados durante esta etapa de su vida fueron una pole position en la Mazda Cup de Portugal y un 3º puesto en los 1.000 km Hyundai.
Otra categoría, otra oportunidad
María empezaba una nueva etapa en su vida en el año 2005, en el Baron Team de la Ferrari Challenge Europa (terminó en 8ª posición). Además, ese mismo año disputaría el Maserati Trofeo (concluyó 6ª posición) y los 1000 km Hyundai, prueba en la que esta vez la española consiguió la victoria junto a sus compañeros de equipo. Tras ese éxito, MasterCar Italia le mostró su confianza en ella apostando por su figura para las 24 horas de Daytona, acabando en dicha prueba en 24ª posición en la general y 10ª en su clase.
Durante 2006 y 2007 participó en cuatro carreras de WTCC y la Ferrari Challenge Europa sin mucho éxito, pero como en años anteriores, volvería a deslumbrar en los 1000 km Hyundai (2006) acabando en una gran 2ª posición. En 2007, la madrileña fue nombrada piloto oficial de Chevrolet además de participar en el European GT Open y el Campeonato alemán de turismos.
El 2009 le devolvió a los monoplazas
El año 2009 la Superleague Fórmula (fusión de dos de los deportes más populares a nivel mundial: la pasión del fútbol con la emoción y el entusiasmo del automovilismo) incorporó en sus filas a María de Villota, representado al Atlético de Madrid. María disputó seis carreras en 2009, 17 en 2010 y solo dos en 2011, debido a que a principios de esa temporada, la piloto abandonaba la Superleague Fórmula para convertirse en la representante de Lotus Renault. El sueño de María de conducir un Fórmula 1 se acercaría aún más cuando en 2012 fichó por la escuderia Marussia como piloto de pruebas.
María en el Lotus Renault | Foto vía abc.es
Le faltó la Superlicencia
Su gran oportunidad de pilotar un F1 llegó en el GP de Europa de 2012: el piloto titular de Marussia, Timo Glock, se sintió indispuesto durante el Gran Premio y la escudería rusa rápidamente se puso a trabajar para encontrar un sustituto para el piloto alemán. María, que era la primera opción como piloto de pruebas de la escudería, no pudo participar en el GP debido a que no tenía la súper licencia, elemento imprescindible para conducir un F1. El sueño de María se esfumaba por poco.
El accidente que cambió su vida
El 3 de julio de 2012 marcaría un antes y un después en la vida de María de Villota Ruiz. La escudería Marussia, había decidido realizar uno de los test en línea recta en el aeródromo de Duxford (Reino Unido) con María a los mandos del monoplaza. Por causas aún desconocidas, la española perdía el control del coche y se estrellaba contra un tráiler. Si bien en un primer momento se llegó a temer incluso por su vida, la rapidísima aparición de los servicios médicos fue clave para salvarla. El paso de los días en el hospital y las innumerables operaciones dejaban como resultado a una María sin su ojo derecho, poniendo de esta forma fin a cualquier trayectoria en el mundo de la Formula Uno.
Nueva vida fuera de la F1
A pesar de ver como se acababa su carrera dentro del mundo del motor, María no mostró en ningún momento una cara de amargura, sino todo lo contrario; mostró su mejor sonrisa al mundo. La madrileña siguió adelante con su vida y se convirtió en la representante y embajadora del día de la Mujer por la Comunidad de Madrid. Además, llegó a ser la embajadora contra la violencia de género y de la Comunidad de Madrid-Atlético de Madrid FITUR, sin olvidar que era la encargada de la Escuela de Pilotos Emilio de Villota.
El libro que no presentó
Lejos de avergonzarse por su situación, la piloto decidió compartir con el mundo sus vivencias y escribir un libro titulado "La vida es un regalo", que debería haber presentado este pasado lunes en Madrid. El libro, que fue presentado en su ausencia, y ya se encuentra en las librerías. 192 páginas que cuentan con palabras de alegría y de entusiasmo por la vida escritas por una persona no perdió las ganas de vivir aún cuando la vida le dio la espalda.
Su estrella brillará siempre
María tenía como símbolo una estrella, muchos piensan que lo que más brillaba no era la estrella de su casco, sino ella misma. Ella demostró al mundo en su corta vida que si quieres algo lo puedes conseguir. En esta situación, cualquiera se hubiera rendido o hubiera dicho "aquí me quedo". Pero no fue en el caso de María. Ella luchó y siguió adelante como hacen los héroes de los comics que nunca se rinden. María enseñó al mundo que los sueños se cumplen, pero solo si luchas por ellos tal y como hizo ella. Cuando la mayoría veía oscuridad ella siempre veía un rayo de luz, una luz que ha transmitido de manera increíble, con su libro. D.E.P. María.
"No he escrito para reivindicar mi vida, sino la vuestra", María de Villota.
Fernando Alonsoy Felipe Massa muestran las estrellas en sus cascos en honor a María | Foto vía abc.es
FOTOS:Kartingmotor, @InsideFerrari, Mascoche, Elperiodicodelmotor, ABC, Cuatro, Madridactual y Marca
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Sobre el autor
Javier Martínez Piñero
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