"Tenemos los dos mejores pilotos del mundo, y tenemos el mejor coche. Estamos destinados al éxito". Esas fueron las palabras que pronunció Ron Dennis, jefe de McLaren, el día de la presentación del equipo, en 1988. Aacababa de fichar al nuevo talento emergente, Ayrton Senna, complementándolo con el que era considerado el mejor piloto del momento, Alain Prost. Seguro que Dennis conocía los riesgos que podía conllevar juntarlos, pero ni de lejos se imaginaba lo que llegaría a ocurrir en la temporada 1989 dentro del seno de la escudería McLaren.

Tras un primer año de tensión en el box, la relación Senna-Prost terminó por explotar en 1989

El primer año de convivencia entre los dos astros del automovilismo mundial fue ya de por sí conflictivo. Ambos pilotos lucharon codo con codo por lograr el título, que se decidió en la penúltima carrera, en el circuito japonés de Suzuka. Alli, Ayrton Senna se llevó el gato en agua en una heroica remontada, dejando noqueado a Alain Prost a falta de pocas vueltas para el final. Había sido un año mágico para McLaren. 15 victorias (8 de Senna y 7 de Prost) de 16 carreras, un coche absolutamente arrollador... El listón estaba altísimo para 1989, pero en Woking esperaban repetir.

El duelo entre Senna y Prost volvía a comenzar en territorio Senna. El circuito de Jacarepagua, en Brasil, era el escenario de la primera carrera de la temporada. Y el primero en golpear fue, precisamente, Senna. Una estratosférica 'pole' el sábado le otorgaba el cartel de favorito en todas las quinielas. Pero en la carrera, todo se torció. Un excesivo optimismo de Gerhard Berger en la primera curva dejó a Senna fuera de carrera, y con ello llegó el silencio a la grada. Como consuelo, al menos no fue Prost quien se hizo con el triunfo, sino Nigel Mansell, flamante fichaje de Ferrari, que dio la sorpresa ganando ya en la primera carrera, por delante de Alain Prost.

Imola: estalla la guerra entre Senna y Prost

La relación entre Senna y Prost, que ya era tensa, terminó por explotar en Imola, la segunda cita del campeonato. Debido a la alta tensión que existía en el garaje de la escudería inglesa, y a la superioridad del McLaren, Ron Dennis tomó una decisión drástica para evitar un coche entre sus dos pilotos. Quien llegara primero a la primera curva ganaría la carrera, El otro debería respetar el triunfo del rival, aunque tuviera mejor ritmo de carrera que él.

El domingo, como de costumbre, Senna estaba en la 'pole' y Prost a su lado. En la salida, Prost fue, también como de costumbre, el más listo, y se colocó primero. El brasileño respetó a su compañero, pero un imprevisto estaba a punto de suceder. En las primeras vueltas, el Ferrari de Berger pierde el control y se estrella en la curva Tamburello. Un terrible accidente que milagrosamente "sólo" acabó en algunas lesiones en el cuerpo del austriaco. La carrera se detuvo, y era necesaria otra salida. El orden de parrilla volvía a ser el de la clasificación del sábado, con Senna primero. En la segunda salida, Prost volvió a adelantar al brasileño, pero esta vez a Senna le pudo la sangre caliente y le devolvió el adelantamiento en la segunda curva. Había incumplido la regla interna del equipo, encendiendo a Prost. El resto de la carrera fue un trámite. Prost no pudo seguir el ritmo infernal de Senna, pero la guerra no había hecho más que empezar.

Desde ese día, cualquier tipo de relación directa entre los dos era imposible. Cuando pasaba por delante del otro, éste agachaba la mirada o se dirigía a otro sitio. El propio equipo McLaren se dividió en dos bandos, llegando Prost a acusar al equipo y a Honda, motorizador de McLaren, de beneficiar a Senna. El brasileño, menos político que su rival, se dedicaba a competir en la pista. Prost jugó la baza de la guerra psicológica, que terminó por salirle bien.

Senna se saltó la regla interna del equipo en Imola

La siguiente batalla de esta guerra a dos era en Mónaco. En las calles del rincipado, Ayrton no tenía rival. Durante todo el fin de semana tuvo una actitud arrolladora, y sin cometer el error infantil del año anterior. En clasificación le endosó 1,1 segundos a su compañero de equipo, y en carrera la distancia se fue a los 52 segundos. Sin aflojar el ritmo en ninguna vuelta, quiso humillar a su rival, dejar bien claro quien era el mejor piloto del mundo, más aun en el circuito por excelencia en el que el piloto marca la diferencia.

En México llegó la tercera victoria consecutiva para Senna, que empezaba a abrir brecha en el campeonato. Únicamente contó con la resistencia de Prost en las primeras vueltas, en las que el francés le sometió a un ataque intensivo que Senna pudo resistir. En la segunda parte de la prueba, el 'Profesor' se desinfló, llegando incluso a perder la plaza de podio, y acabando cuarto la carrera.

Cuatro abandonos consecutivos dejaron KO a Senna

La primera victoria de Alain Prost en 1989 llegó en Estados Unidos. Senna volvió a dominar todo el fin de semana, logrando otra 'pole' estratosférica, con casi segundo y medio de ventaja sobre Prost. En carrera, como de costumbre, el paulista impuso un ritmo que nadie pudo seguir. Pero en la vuelta 44, su McLaren le traicionó, con problemas en la electrónica, dejando vía libre a Prost hacia su primer triunfo del año, que le daba además el liderato del Mundial. Sin embargo, Prost seguía sin batir a Senna en un duelo cara a cara en 1989.

La siguiente carrera, en Montreal, fue de las más caóticas de la historia. Con Prost en la 'pole' por delante de Senna, al que al fin pudo batir en clasificación, la lluvia hizo acto de presencia. Y el primer damnificado fue el propio Prost. Un fallo en la suspensión le dejó fuera en la segunda vuelta. Senna también tuvo problemas con la elección de los neumáticos, que le retrasó varias posiciones. Sin embargo, pudo remontar y situarse primero a falta de 25 vueltas. Cuando todo parecía controlado para Ayrton, su motor dijo 'basta' a falta de sólo tres vueltas, dando la victoria al Williams del belga Thierry Boutsen. Senna, decepcionado, veía como, por tercera vez en seis carreras, debía abandonar por un problema ajeno a su conducción.

La irregularidad de Senna fue lo que le apartó del título de 1989

Pero el calvario de Senna no terminó ahí. En Francia, en un circuito lleno hasta la bandera para animar al ídolo local, Alain Prost, la mala suerte volvió a cruzarse en el camino de Senna. Tras lograr el segundo mejor tiempo el sábado, detrás de un inspirado Prost, su coche se quedó parado salida. Esta vez, un problema en el diferencial. La carrera fue un mero trámite para Prost, que se paseó en Paul Ricard, obteniendo más ventaja en el liderato del campeonato.

Ayrton Senna terminó por tocar fondo en la siguiente carrera. Silverstone, ecuador del campeonato. Se respiraba ambiente de carrera decisiva en la parrilla del mítico circuito británico. Senna tenía 'pole' y abría pista, con Prost y un batallador Mansell pegados a él. En la undécima vuelta, en un rápido giro a derechas, perdió el control de su vehículo se quedó en la gravilla. Por quinta vez en ocho carreras, Senna no terminaba la prueba. Así era imposible ganar el Mundial. Prost ganó, pese a la fuerte oposición de Mansell, y se escapaba en la lucha por el título. Eran ya 20 puntos de vantaja, más de dos carreras de diferencia entre Senna y Prost, con media temporada por delante.

Las victorias de Hockenheim y Spa aprietan la pelea por el título

La siguiente prueba, en Alemania, se presentaba como una bola de partido en contra de Ayrton Senna. Y estuvo muy cerca de perderla. El brasileño, desde la 'pole' y líder en las primeras vueltas, optó por una estrategia de dos paradas, a diferencia de la única que haría Prost. Y fue el francés, excelente estratega, quien acertó. Prost se situó al frente, pero algo estaba por suceder. Un fallo en el consumo de gasolina de Alain le hizo aminorar el ritmo, teniendo que ceder el triunfo a Senna en la penúltima vuelta. Y es esto lo que diferenciaba a Prost de Senna. El francés, si tenía que ser segundo para administrar su ventaja en el campeonato, lo hacía. Sin tomar riesgos innescesarios. Pues aun contaba con una amplia ventaja en la clasificación.

La décima carrera del año, Hungría, fue atípica. Como el circuito en sí. Por una vez, los McLaren de Senna y Prost no eran invencibles. Los Williams y los Ferrari estaban en la batalla. Y fue Nigel Mansell quien se llevó la victoria, en una extraordinaria remontada, desde la duodécima posición, adelantando a Senna de la forma más inesperada y arriesgada, a falta de pocas vueltas para el final, cuando el brasileño ya se veía con el triunfo en el bolsillo. Al menos pudo recortar puntos a Prost, que sólo fue cuarto.

Bajo la lluvia, Senna era invencible

A falta de seis carreras para el final, la distancia era de 14 puntos entre los dos, y la tensión dentro del box de McLaren iba en aumento. Y la carrera de Spa no sirvió para calmarlo. Bajo un tremendo aguacero, Senna dio un recital de conducción sobre mojado, ganando una carrera en la que la atención se centró en el duelo por la segunda posición. Alain Prost tuvo que contener durante el final de la carrera los ataques de un Nigel Mansell motivado tras su triunfo en Hungría. Lo logró, perdiendo los mínimos puntos posibles con su rival en la carrera por el título.

Decepciones en Monza y Estoril; esperanza en Jerez

La carrera de Monza fue, un año más, decisiva para la resolución del campeonato. Ayrton Senna volvió a comandar el fin de semana, y lideró la carrera desde el principio, hasta que, a sólo ocho vueltas para el final, su caja de cambios falló y perdió el control de su coche en la 'Parabólica'. Esto ocurrió cuando tenía una sólida ventaja sobre Alain Prost, que acabó ganando la carrera, logrando una ventaja en el campeonato que le daba la posibilidad de afrontar las cuatro carreras restantes con tranquilidad.

Y lo peor para Senna aun no había pasado. En Estoril, escenario de su primera victoria en 1985, Ayrton tocó fondo. Saliendo de nuevo desde la 'pole', perdió el liderato a manos de Berger. Y cuando luchaba por la segunda plaza con Mansell, ambos por delante de Prost, el británico realizó una maniobra al límite que acabó con ambos pilotos fuera de combate. Esto suponía, prácticamente, el adiós de Ayrton Senna a sus opciones de revalidar el título en 1989.

Pero Senna, como buen luchador, aun no se había rendido. Sabía de la normativa de puntuación por entonces vigente, que premiaba las victorias antes que la regularidad, y sabía que, si ganaba las tres carreras restantes, podía ser campeón del mundo. La primera final fue en Jerez. Y alli, Senna se paseó. Ni Prost ni el austriaco Gerhard Berger, que fue segundo, le inquietaron. Senna llegaba a Suzuka con opciones de seguir peleándole el título. Pero nadie era consciente de lo que aun no estaba por suceder.

El clímax de la mayor rivalidad de todos los tiempos

Tanto Senna como Prost sabían, a falta de dos carreras para el final, la situación en la clasificación del Mundial. Senna necesitaba ganar en Japón para llegar con vida a la última carrera del año, en Australia. Prost sabía que si él ganaba era campeón pero también sabía, quizás más importante y relevante, que si ninguno de los dos acababa, el título iba directamente a sus manos. Ese es el factor determinante para entender lo que sucedió aquella oscura tarde en el circuito nipón de Suzuka.

Como casi siempre, Ayrton Senna tenía la 'pole'. Y también, como de costumbre, Prost estaba justo a su lado, en segunda posición. Una vez más, el francés fue más hábil y se puso primero en la salida. Asumió el mando de la carrera, con Senna a su estela. Los tiempos por vuelta iban variando, pero nunca se despegó a más de tres segundos de su rival.

Las paradas en boxes, que se planteaban decisivas, no lo fueron. Prost mantuvo el liderato pasadas las paradas, así que Senna supo que tendría que adelantarlo en pista para intentar ganar el campeonato. El brasileño empezó a acercarse a su rival, hasta situarse a su rebufo a falta de cinco vueltas. Fue entonces cuando ucurrió la acción más polémica de la historia de la Fómula 1. Senna vio el hueco en la 'chicane' y se lanzó a por él. Prost, consciente de que si ninguno acababa era campeón, cerró la puerta. El final, todo el mundo lo sabe, ambos fuera de combate. Prost se bajó rápidamente, pues se veía ya campeón. Senna pedía a los comisarios que le ayudaran a salir.

Prost se llevó el título tras una acción polémica

Y salió. Ante la estupefacta mirada de Prost, Senna llegó a boxes para arreglar el coche. Le devolvieron a pista, a falta de tres vueltas, con cinco segundos que recuperar a Alessandro Nannini. Debía ganar la carrera si quería mantener las esperanzas del título. Y ganó.

Pero a Prost esto no le pareció bien, y decidió ir a dirección de carrera. Allí denunció a Senna por utilizar ayuda externa (los comisarios) para volver a pista. Jean-Marie Balestre, por entonces presidente de la FIA, decidió descalificar a Ayrton Senna de la carrera, entregando en bandeja a Alain Prost. Fue el fin de una guerra civil en McLaren que no continuaría el año siguiente, pues Prost había decidido ya marcharse a Ferrari.

Resultados de Ayrton Senna y Alain Prost en 1989:

Gran Premio Ayrton Senna Alain Prost
Brasil Accidente
San Marino
Mónaco
México
Estados Unidos Avería
Canadá Avería Avería
Francia Avería
Inglaterra Avería
Alemania
Hungría
Bélgica
Italia Avería
Portugal Accidente
España
Japón Descalificado Accidente
Australia Accidente Retirada

Clasificación final del Mundial:

POS PILOTO EQUIPO PUNTOS
1 Alain Prost McLaren-Honda 76
2 Ayrton Senna McLaren-Honda 60
3 Riccardo Patrese Williams-Renault 40
4 Nigel Mansell Scuderia Ferrari 38
5 Thierry Boutsen Williams-Renault 37
6 Alessandro Nannini Benetton-Ford 32
7 Gerhard Berger Scuderia Ferrari 21
8 Nelson Piquet Lotus-Judd 12
9 Jean Alesi Tyrrell-Ford 8
10 Derek Warwick Arrows-Ford 7

Fotos: f1-photo

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Sobre el autor
Rubén Gómez
Periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona.