¿Qué es un deporte en el que la máquina tiene más peso que el ser humano? ¿Qué es un espectáculo vacío de emoción? ¿Qué cara se le queda al espectador de Montmeló que encuentra en un bostezo la amarga recompensa tras un duro esfuerzo económico? La Fórmula 1 está en debacle. Ya no es lo que era. Los constantes cambios de los últimos años han restado competitividad, elegancia y música a una sinfonía que antes gustaba a los oyentes. Ya no vale la pena pagar una entrada ni siquiera para escuchar el canto de los motores con los ojos cerrados. Pero el silenciador de los escapes es el menor de los problemas.

El Mercedes de 2014 domina de forma similar al MP4/4 de Senna y Prost

La resaca del Gran Premio de España comienza con un regusto derrotista en el paladar y una jaqueca incomparable con el padecer crónico de los ingenieros de las escuderías terrenales. La noche anterior fue dura. Mientras unos festejaban el cuarto doblete consecutivo y el repóker de victorias de su equipo, el resto tuvo una larga charla con la almohada, siempre abierta a consultas en Maranello y, esta temporada, también en Milton Keynes. Pese a superarlos en títulos individuales de pilotos por siete a uno, el peso del monoplaza rompe el desequilibrio teórico. Si el RB9 del año pasado era 'el nuevo Brawn', el W05 es 'el nuevo MP4/4' con el que Senna y Prost doblaban hasta al tercer clasificado. Un 80 %o coche, un 20 % piloto. Si el humano tiene este margen tan reducido de influencia en los momentos clave, ¿es esto un deporte?

El panorama es desolador para todos. Muchas son las voces en el paddock que afirman que Mercedes puede ganar todas las carreras de esta temporada. Y porque no se tienen en cuenta las de las gradas, redacciones ni las procedentes de las cabinas de retransmisión. Si fuera así, el Mundial sería cosa de dos y el tercero sería el campeón terrenal. Hasta ahora, el protagonista de este título inventado es español. Fernando Alonso, que tiene que reírse de las quejas de Vettel con su escudería por cinco grandes premios con altibajos. No estuvo cerca de las flechas de plata ni siquiera en la parrilla de salida y coincidió con el parecer del resto del mundo. Si esto no cambia, y salvo fallos mecánicos, Hamilton y Rosberg pueden copar todas las 'poles' y primeras y segundas posiciones en carrera de las citas que esperan. Si ya conocemos de antemano los posibles ganadores -y solo son dos-, ¿es esto un espectáculo?

Los aficionados españoles ocuparon buena parte de las gradas de Montmeló en una carrera aburrida

Por si fuera poco, Montmeló regaló lo de siempre: una carrera aburrida. Pocos riesgos, adelantamientos contados por su gran dificultad y un tramo de más de 50 vueltas insulso. Cientos de euros abonados por los espectadores para poco más de veinte minutos interesantes: la salida y los últimos diez giros. Las estrategias conservadoras por el consumo de gasolina y 'correr para acabar la carrera' son solo algunas de las lagunas más evidentes de este nuevo reglamento que tanto afecta al espectáculo y a la competitividad.

Además, no contento con quitar del plato la salsa de la Fórmula 1, se confirma que emplea la palabra “igualdad” para camuflar un trasvase de dominio del coche violeta al plateado. ¿Realmente interesa al público un evento de estas características? Si Montmeló se llenó, fue por un asturiano. Pero, ¿qué pasará cuando Alonso anuncie su retirada? ¿Valdrá la pena abonar una cantidad astronómica para presenciar un show, para muchos, vacío ya de espectativas? Las resacas no son buenas, sin duda, pero dan qué pensar. Tampoco lo es aquello que manos visibles e invisibles dan de beber a esta Fórmula 1 que se muere y revive en forma de pseudodeporte. Mientras, otros prefieren aprovecharse de la situación -bien por ellos- y llevarse las copas a su casa. Tras la dictadura de Red Bull, llega la era de Mercedes.

FOTOS: Eric Alonso y Mundodeportivo

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Sobre el autor
Facundo Fernández
Periodismo en la Universidad de Valladolid. Argentino. Coordinador de Fórmula Uno y redactor del Sporting de Gijón en VAVEL, y redactor de deportes para Revista OffTopic. ¡Nos leemos!