A principios de los años 70 y después del éxito cosechado en la anterior década, Aston Martin pasaba por una mala racha debido a serios problemas financieros. La marca fue entonces adquirida por William Wilson en 1972 por tan sólo 100 Libras Esterlinas y, bajo su mandato en la empresa, se decidió resucitar el nombre de Lagonda para denominar a una nueva berlina. Esta berlina estaba basada en un prototipo de la era anterior de David Brown, al que ya bautizaron con el mítico nombre, y que era básicamente un V8 30 centímetros alargado y con puertas traseras.

Cabe recordar que Lagonda era una marca británica de coches de lujo que fue adquirida por Aston Martin en 1947 y a la cual ha mantenido en la recamara desde entonces salvo en contadas excepciones. El lanzamiento del Aston Martin Lagonda en 1974 coincidió con la crisis del petróleo y en los dos años que estuvo comercializándose, sólo llegaron a vender siete unidades.

Prácticamente en la quiebra de nuevo, la marca corría peligro de desaparecer, pero volvió a cambiar de manos en 1975 para evitarlo. Quien se hizo con ella fue un joven empresario norteamericano llamado Peter Sprague en compañía de George Minden, entusiasta y distribuidor de Aston Martin en Canadá. Estos hombres crearon una estrategia comercial para retomar el buen camino y empezar a lograr beneficios. Junto con la incorporación a la gama de la vitaminada versión Vantage y de la descapotable Volante del modelo V8, decidieron apostar por una nueva y extremadamente innovadora berlina deportiva.

Aston Martin Lagonda Serie 2 (Imagen: Autowp.ru)

Presentado en el Salón de Londres de 1976, bajo un diseño firmado por Williams Towns lleno de líneas rectas que dotaban de una afiladísima y puntiaguda forma su larga y baja carrocería, fue imposible que dejara indiferente a nadie. Nada tenía que ver con ninguno de los coches fabricados hasta entonces por la marca británica, que siempre se habían caracterizado por un diseño clásico.

Además de la imagen exterior futurista que ofrecía para la época, el interior estaba repleto de tecnología, con sistemas propios no de décadas inmediatamente posteriores, sino directamente del siglo XXI. Equipaba ordenador de a bordo, el panel de instrumentación era digital y utilizaba tecnología LED, algunos mandos tenían la peculiaridad de ser táctiles, los asientos eran eléctricos con memoria de tres posiciones y tenía cierre automático de puertas unos segundos después de extraer la llave del contacto. También destacaba el volante de un sólo radio que sin duda era muy moderno en aquellos años, aunque ya era típico verlo en modelos de Citroën.

Interior Aston Martin Lagonda Serie 2 (Imagen: blenheimgang.com)

Este Lagonda, conocido como la Serie 2, también estaba montado sobre la plataforma del V8, y bajo el enorme capó se encontraba un motor de 5,3 litros y ocho cilindros en forma de uve que desarrollaba una potencia que, como acostumbraba a hacer Rolls-Royce, no se llegó a anunciar, pero que según pruebas realizadas sería de 280 caballos. La caja de cambios a la que iba asociado el motor era la automática Torqueflite de tres relaciones de origen Chrysler.

Contaba con una suspensión delantera independiente con brazos transversales articulados y una suspensión trasera con eje De Dion y brazos longitudinales articulados, que otorgaba un gran confort a los ocupantes.

En cuanto a sus dimensiones, como hemos destacado anteriormente, lo más llamativo es su longitud y su altura, de 5,285 y 1,300 metros respectivamente. El ancho, además, es de 1,815 metros y la distancia entre ejes de 2,915 metros.

Aston Martin Lagonda Serie 3 (Imagen: Autowp.ru)

Tras su presentación algunos adinerados formalizaron la compra de una unidad, pero el primer Lagonda no pudo ser entregado hasta el 24 de abril de 1978 ya que, como Aston Martin reconoció, se habían precipitado al presentarlo demasiado pronto. El primer propietario fue Robin Russell, Marqués de Tavistock, que lo recibió como regalo de su mujer Henrietta por su decimoséptimo aniversario de boda. La entrega del vehículo causó expectación ya que Aston Martin anunció que el cliente era alguien especial y los medios de comunicación fueron invitados a un evento en la mansión de Woburn Abbey. La madrugada del día de la entrega aún se estaba trabajando en el coche, ya que, debido a un problema de electrónica, los mecánicos no conseguían que funcionase. A falta de un milagro antes de la mañana siguiente que no ocurrió, y tras valorar cancelar el evento, se decidió mandar el Lagonda en un camión. La prensa se hizo eco del bochorno y los miembros de la marca alegaron que este es el precio que hay que pagar por ser pioneros y por tener el coche con más electrónica que ningún otro en el mundo. El mes siguiente este Lagonda fue seguido por un Mini cargado con piezas de repuesto, herramientas y dos mecánicos a bordo allá donde fuese.

Esto fue un presagio de lo que iba a ser la tónica habitual de este modelo. El Lagonda sufrió mucho de problemas electrónicos; era una lacra. Otro inconveniente que suponía tanto despliegue innovador era que la gente de la época no estaba demasiado habituada al uso y entendimiento de los sistemas del coche, y es que el panel de instrumentación no tenía mucho que envidiar al del “Coche Fantástico”, que ni siquiera existía aún.

Interior Aston Martin Lagonda 1984 (Imagen: blenheimgang.com)

En 1984 se decidió cambiar el panel LED por tres pantallas de tubo de rayos catódicos y los botones táctiles por unos interruptores tradicionales, que permitía reducir costes y mejorar la fiabilidad. Además se introdujo un sintetizador de voz con el que el coche ya hasta podía “hablar”, e incluso en varios idiomas como inglés, francés, alemán o árabe, para informar de que una puerta estaba abierta y de otras alertas. También se cambió el volante por uno de dos radios y las llantas ahora eran unas BBS. Pero los problemas no se solucionaron del todo, y es que cuando el voltaje de la batería fluctuaba, al encender las luces por ejemplo, la imagen de las pantallas saltaba y también fallaba la sincronización vertical, dando una imagen errónea. Y aunque funcionara correctamente, con la luz del sol era difícil leerlas.

En el Salón de Nueva York, en enero de 1986, se anunció la Serie 3 del Lagonda. Estéticamente no se vio alterado, la novedad estaba en la mecánica al introducirse un sistema de inyección electrónica de gasolina desarrollado por Weber Marelli, gracias a la cual la potencia aumentó hasta los 300 cv y se consiguió reducir el consumo. Más tarde, a principios del año siguiente, se introdujeron cambios en el interior, sustituyendo las pantallas de tubo de rayos catódicos por una pantalla fluorescente de vacío.

Interior Aston Martin Lagonda 1986 (Imagen: blenheimgang.com)

La Serie 3 fue muy efímera, y en el Salón de Ginebra de 1987, en el mes de marzo, se presentó la nueva Serie 4, que incluía un restyling en su diseño. Todos los paneles de la carrocería eran nuevos, ningún molde se mantuvo. El Lagonda perdió parte de su puntiaguda imagen, según se rumorea, por un error de un dibujante que interpreto mal las dimensiones marcadas por William Towns. Los faros escamoteables fueron eliminados, situándose todas las luces juntas en el frontal. Los pilotos traseros también fueron rediseñados y ahora estaban dispuestos en cuatro finas líneas que recorrían todo el ancho de la trasera y las llantas fueron sustituidas esta vez por unas Ronal de 16 pulgadas, una medida mayor que hasta ahora. La mayoría de los problemas ya estaban resueltos, pero después de más de diez años, ya era mucho más que tarde.

Aston Martin Lagonda Serie 4 (Imagen: Autowp.ru)

La producción del Lagonda se mantuvo hasta enero de 1990, con un total de 636 unidades fabricadas, 462 de ellas correspondientes a la Serie 2, 76 a la Serie 3 y las 98 restantes a la Serie 4. Muchos de los Lagonda se fueron hacia países de Oriente Medio, otros muchos atravesaron el charco y se fueron a Estados Unidos, donde empezó a venderse en 1982 regulado a 240 cv, y por supuesto otros se quedaron en Europa, especialmente en Reino Unido.

Catástrofe mecánica fue la descripción de la revista ‘Time’, la cual lo incluyó en su lista de “Los 50 peores coches de todos los tiempos”. Sin duda se ganó una de las peores famas del mundo de la automoción pero, sin embargo y pese a todo, el Aston Martin Lagonda es hoy en día objeto de deseo de más de un amante de los coches y puede considerarse como todo un vehículo de culto. Es por ese espectacular y singular diseño, por ese sorprendente interior retrofuturista y por su considerable exclusividad por lo que hablar del Lagonda es hablar de uno de los coches más especiales de la historia. Bien es cierto que puede enamorar, que impida dejar de admirar su línea a quien lo observe, pero también es posible que horrorice y no se entiendan sus formas, pero difícilmente deje a alguien como estaba.

Aston Martin Lagonda Serie 4 (Imagen: Autowp.ru)

Aston Martin Lagonda: El regreso al futuro.

Después de volver a usar la denominación en 1993 para un concept diseñado por Ghia, en 2009 y coincidiendo con el centenario de la marca, Aston Martin anunció su intención de relanzar el nombre Lagonda con la presentación del prototipo de un lujoso SUV, para aprovechar el tirón de este tipo de vehículos y de algunos mercados. Pese a ser un concepto distinto de coche, en su diseño se puede distinguir algún guiño al modelo clásico. Después de que se hablara varias veces de la cancelación de su salida a producción, a día de hoy, parece que el proyecto está aparcado para centrarse en otros trabajos.

Uno de los proyectos en los que han estado trabajando es con el que nos sorprendieron cuando apareció un extraño modelo camuflado mientras realizaba unos test de pruebas en el desierto. No se podía tratar de otra cosa que de un “remake” de la mítica berlina. En la edición 2014 del Salón de París, Aston Martin ha resucitado el Lagonda con un nuevo modelo, basado en el Rapide, y que guarda una estética relativamente fiel pero adaptada al Siglo XXI. Sólo se fabricaran 100 unidades y todas ellas irán destinadas a países de Oriente Medio, por lo que mantendrá la alta exclusividad de su antecesor.

Aston Martin Lagonda 2014 (Imagen: Aston Martin)