Después de una carrera que parecía una auténtica partida de ajedrez en el circuito de Barcelona, es el turno de correr en las históricas calles de Mónaco. Circuito mítico donde cada curva tiene una historia. Además, es muy característico, ya que el 80% de la carrera comienza el sábado en la clasificación debido a la imposibilidad de adelantar por su estrechez. De hecho, en este gran premio, no ha habido ningún adelantamiento en pista, los intercambios de posición se han producido por la estrategia.
El momento clave de la carrera llegó antes de que empezara, cuando a causa del accidente que tuvo Leclerc en el último intento de la Q3, no pudo empezar la carrera debido a un problema en el palier izquierdo. (El palier es la pieza que une la caja de cambios con las ruedas traseras).
Fue una salida muy limpia para nuestra sorpresa, ya que al tratarse de Mónaco con los muros muy cercas y viendo lo ocurrido en la carrera de la Porche Supercup y en la Formula Alpine, se esperaba algún toque o incidente.
Una vez se estabilizaron las posiciones, el siguiente momento clave fueron las paradas, donde se empezaron a producir los intercambios de posiciones. Durante este momento fue cuando el finlandés Valtteri Bottas tuvo que abandonar debido a un extraño problema con la tuerca en la rueda delantera derecha. Destacar la gran estrategia de Aston Martin, que consiguió meter a Vettel en quinta posición y a Lance Stroll en octava, junto por delante del Alpine de Estaban Ocon.
La carrera la ganó el holandés Max Verstappen, lo que ha supuesto Red Bull lidere el mundial de pilotos y el mundial de constructores; en segunda posición llegó nuestro piloto Carlos Sainz, haciendo un gran fin de semana que ha conseguido culminar igualando su mejor resultado en Fórmula 1; y tercero llegó el británico Lando Norris, que está demostrando de qué pasta está hecho.
