Jugador con talento natural para este deporte y versátil donde los haya, lo que le hizo dominar cualquier superficie con golpes de fondo con la mayor precisión y con un juego caracterizado por un saque en el que ofrecía muchas variantes, lo que descolocaba a sus rivales a su favor. A pesar de ello, muchos expertos opinaban que era fácil su pérdida de concentración, lo que desinflaba su juego y le ocasionaba altibajos en determinados encuentros. No obstante, siempre conservaba su buen humor, lo que le caracterizó tanto dentro como fuera de las pistas. Por su personalidad fue calificado como ‘El bufón de Rumania’. Incluso rehusó unirse a la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) durante algunos años y jugó un tour que había organizado Bill Riordan, su manager.

Dieciséis años de carrera que hacen de este jugador, el mejor tenista rumano, uno de los personajes importantes a tener en cuenta, no sólo por su juego sino por su carácter dentro de la pista.

Desconocido número uno en 1973

A partir de 1966 se dio a conocer cuando llegó a la final de dobles del Abierto de Francia, que perdió. Fue en el comienzo de la década de los 70 cuando consiguió en este mismo año su primer torneo, el Abierto de Roma, donde venció al checoslovaco Jan Kodês. A partir de este momento su presencia en los grandes torneos fue más asidua. En 1971 consiguió llegar a su primera final de Grand Slam, perdiendo ante el jugador que no se daba por vencido y que derrotó el año anterior, Jan Kodês. El año siguiente tuvo su mayor desilusión al perder en Wimbledon la final ante el norteamericano Stan Smith, lo que se recuerda como una de las finales más épicas y emocionantes de la historia. Pero la desilusión le duró poco, pues meses más tarde consiguió un Grande, el Abierto de Estados Unidos, el cuarto y último Grand Slam de la temporada. Éste constituyó su único título importante, junto al Roland Garros de 1973, donde se impuso en cinco sets a Athur Ashe. Además, antes de finalizar el año ganó su segundo Masters consecutivo tras vencer a Smith en la final de Barcelona.

Si por algo se caracteriza la carrera de este tenista es por su llegada al número uno en el año 1973, el que a vista de todos fue su gran año. En este año se hizo con hasta 15 títulos de manera individual, lo que le hizo superar la cifra de 12 a los que había llegado el año anterior. Asimismo y en la categoría de dobles, también triunfó llevándose ocho torneos. En la segunda final que disputó en París, ganó y se hizo con el Grand Slam ante el yugoslavo Nikola Pilic.

En los años venideros venció y consiguió diversos títulos, aunque ninguno de estos años fue tan esplendoroso como el mencionado 1973. A pesar de ello, se impuso en el Masters de Estocolmo en 1975, derrotando en la final al aclamado tenista local Björn Borg en una apasionante final entre ambos tenistas. En el año 1974 perdió en Melbourne ante Guillermo Vilas y dos años más tarde, también cedió en la final de un Grand Slam, esta vez en Wimbledon -ante Borg-.

El bufón de Rumania: carismático, pero de frágil temperamento

Tanto dentro como fuera de las pistas tenía un humor característico. Además se ganó el apodo de Nasty (sucio), pero si por algo fue conocido fue por El Bufón de Rumania, ya que a pesar de su buen humor, tuvo una reputación basada en los modos poco honestos para hacerse con las ventajas en el juego. A lo largo de su amplia carrera tenística sufrió varias descalificaciones, amonestaciones y suspensiones, en un deporte caracterizado por la caballerosidad y acostumbrado a los buenos modales, y más en los años 70.

En determinados momentos y a lo largo de su carrera en activo, llegó a ganarse el rechazo de sus compañeros de profesión, los cuáles llegaron a no dirigirle la palabra por lo que consideraban locas actitudes, véase por ejemplo, meter el saque directamente al cuerpo del juez de cancha, hablar de forma directa y permanente con el público asistente al encuentro o incluso hasta saltar la red y llegar al campo del contrario. Asimismo, eran habituales las triquiñuelas que utilizaba para ganar los puntos o las discusiones con lo árbitros, lo que convertía los encuentros en los que él participaba en puros espectáculos y shows para los asistentes, lo que le valió más de una crítica por parte de sus compañeros. Sin embargo, era de frágil temperamento, por lo que su concentración decaía en algunos momentos de juego, haciéndole perder puntos y partidos contra tenistas que en esa época era de menor calidad tenística a la suya.

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Tres subcampeonatos con la Davis

El país de nacimiento de este tenista era un total desconocido hasta su llegada, pues llevó a Rumanía a ser conocido por el tenis. Fue junto a la compañía de su compatriota, Ion Tiriac -dejó el hockey para empuñar una raqueta-, con quien formó pareja y junto a él consiguieron llegar a diversas finales de eliminatoria de Copa Davis.

La unión de ambos tenistas en las pistas de tenis se alargó desde 1959 hasta 1972. Juntos, vencieron en cinco ocasiones y de manera consecutiva sus partidos en la Davis, y llegaron a las semifinales de Gran Bretaña en Wimbledon. En este momento y tras llegar a la final y sorprender al mundo entero tras vencer a sus rivales, se consolidaron como pareja y a partir de ahí tuvieron su hueco en el mundo del tenis, llegando a ser figuras conocidas y reconocidas, tanto en su país como fuera de él. A pesar de que la final de este año no pudieron ganarla ante los norteamericanos Stan Smith y Arthur Ashe, sí lideraron el tenis en su país. Rumania no volvería a alcanzar una final de Copa Davis y el jugador rumano participó en esta eliminatoria hasta el año 1986.

Cuatro Copas de los Maestros, tres consecutivas

El torneo de Maestros, aquél torneo al que solo acceden los mejores del año, fue para el rumano la ocasión especial para poder participar cuando se encontraba en la parte más alta de la clasificación mundial de los mejores tenistas masculinos. De este modo, pudo demostrar su valía y su potencial tenístico y lo ganó hasta en cuatro ocasiones. Tres victorias de manera consecutiva, durante los años 1971, 1972 y 1973. Al año siguiente también participio en la Copa de Maestros, aunque quedó subcampeón. No obstante al año siguiente pudo quitarse la espina al revalidar el título conseguido años atrás, derrotando en esta ocasión al sueco Bjorn Borg, en 1975. La primera vez que la ganó tenía 25 años, y se trataba de un tenista que apenas había salido de su país, casi un desconocido.

El final de su carrera y sus otros 'quehaceres'

Nastase, destacado por su manera de jugar y afrontar los partidos, es recordado por haber ganado más de 730 partidos, por su inconfundible personalidad y por su salidas de tono durante los encuentros. Aún así, este tenista que revolucionó el panorama del tenis en Rumania, fue incluido en el Salón Internacional de la Fama del Tenis en el año 1991. Por otro lado, la revista TENNIS le ha incluido dentro de los mejores 40 tenistas de la Era Open en el puesto 28, calificándolo de talento natural para la raqueta. Será recordado como el mejor tenista de la historia de su país, consiguiendo el subcampeonato de la Copa Davis y dos Gran Slam y un subcampeonato en Wimbledon.

Actualmente es presidente de la Federación de Tenis de Rumania y director de dos emisoras de radio de su país. Su vinculación a la política, una vez acabada su carrera deportiva, le llevaron a presentarse a las elecciones de Bucarest y fue alcalde de la ciudad en 1996. Asimismo, también probó con la literatura, escribiendo dos novelas en francés, hasta que en 2004 publicó una autobiografía que estuvo cargada de polémica como muchas de sus acciones dentro de la pista. En ellas afirmaba haber estado con más de 2500 mujeres, lo que a su tercera mujer, 30 años más joven que él, le pareció destacable y sintiéndose orgullosa de pertenecer a esta lista.

En cuanto a su calidad tenística, será recordado por ser el primer tenista rumano en destacar y llegar al numero uno en 1973, el año más brillante de su carrera deportiva.

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