El deporte de alta competición no solo consiste en saber hacer bien alguna disciplina deportiva, sino saber controlar las emociones y asumir las victorias y las derrotas. La presión es uno de los factores intrínsecos del deporte profesional. Hay deportistas que convierten la presión en un aliciente para superarse y mejorar cada día, y para otros es una autentica pesadilla que les aboca al fracaso. Es el caso de Tim Henman

Tim Henman, la esperanza fallida

Tim Henman comenzó su carrera en el circuito profesional en 1993, pero no fue hasta 1997 cuando su nombre comenzó a copar toda la prensa británica por su buenas actuaciones en el circuito y por sus primeros torneos conquistados. Sydney fue el primero de los 11 torneos que ostenta y su víctima fue Carlos Moyá, al que venció de manera clara 6-3 y 6-1. No obstante, Henman guardará en su memoria el torneo de Basilea, que consiguió ganar por doble partida a dos leyendas vivas del tenis como son Roger Federer y Andre Agassi. Su último torneo conquistado fue un masters series (lo que hoy día se conoce como Masters 1000), concretamente el masters series de Paris. 

Su proyección desde sus inicios le catapultó rápidamente a los puestos más altos de la clasificación ATP. Los primeros años del siglo XXI fueron los más gloriosos de la carrera de Henman, pues en ellos consiguió su mejor posición en el ranking (nº4 del mundo en 2002), las seis semifinales de Grand Slam y la mayoría de sus títulos. También ostenta una plata en dobles en los JJ.OO de Atlanta y fue convocado en 21 ocasiones por Gran Bretaña para disputar la Copa Davis, en la que cosechó 40 victorias y 14 derrotas. 

Tim Henman. Foto: zimbio
Tim Henman. Foto: zimbio

Sin embargo, su legado tenístico no será recordado por la cuantía de títulos, sino por ser de los últimos jugadores en aplicar el juego clásico de saque-volea. Era un auténtico especialista cerca de la red, como buen inglés y jugador de hierba. Esa es la incongruencia que el público inglés no comprendió, es decir, cómo era posible que un jugador con el  juego preciso para ganar Wimbledon no fuera capaz de hacerlo. De hecho, no consechó ningún título sobre la superficie de hierba. 

Hasta la llegada de Andy Murray, los británicos no celebraban ninguna victoria de un compatriota en la hierba de Wimbledon desde Fred Perry en 1936. Tim Henman fue visto como el elegido para devolver a la copa dorada de Wimbledon el nombre de un tenista británico. Sin embargo, cuatro semifinales en cinco años ni fueron suficientes para satisfacer a una afición frustrada, que acabó cargando contra el propio Henman y cada año que disputaba Wimbledon mayor era la presión a la que se veia sometido. Sus derrotas en las semifinales de Wimbledon no fueron ante unos cualquiera: dos ante Pete Sampras, una ante Lleyton Hewitt y una ante Goran Ivanisevic. Posteriormente, todos ellos conseguieron el título. 

Tim Henman en Wimbledon. Foto: wimbledon.com
Tim Henman en Wimbledon. Foto: wimbledon.com

El adiós de Henman y el reinado de Murray

Tras 15 años de carrera, el 23 de septiembre de 2007 Tim Henman colgó la raqueta después de haberlo anunciado semanas antes a disputar el US Open. Henman alegó que el motivo de su retirada se debía a fuertes dolores de espalda que le impidieron seguir dando el 100% en una pista de tenis. Años antes se preveía el adiós del británico dada la caída que sufrió en el ranking, alejándose del top ten paulatinamente. Las malas lenguas afirman que el motivo de su retirada no fue otro que el exceso de presión a la que la afición inglesa, frustrada por la falta de títulos, le sometió. 

Henman dejaba a Reino Unido sin ningún compatriota entre los puestos cabeceros de la ATP. La retirada del inglés provocó años de sequía para el país, pero no sabían que lo mejor estaba por llegar. Es entonces cuando un tenista escocés de pelo rizado y mucho carácter comenzó a conquistar títulos y a escalar posiciones, ese hombre es Andy Murray. El tenista escocés devolvió la esperanza a los aficionados ingleses tras ganar en 2008 el mítico torneo de hierba Queen´s. Henman apadrinó en sus primeros años a ese diamente en bruto y Murray supo devolverle los consejos en sus inicios con una medalla de oro en los JJ.OO de Londres, disputados en la hierba de Wimbledon, y el esperado título de un británico en el Grand Slam de Wimbledon en 2013. 

Henman y Murray. Foto: gettyimages
Henman y Murray. Foto: gettyimages

De tenista a filántropo

La figura de Tim Henman se engrandece al conocer que es una persona muy comprometida a ayudar a la gente más desfavorecida y a ofrecer un futuro a todo el mundo. Por ello, formó su propia fundación llamada One life... One opportunityen ella ayuda a  jóvenes desfavorecidos, a través de la enseñanza, a labrarse un futuro mejor. Ofrece servcios de educación salud y asistencia social. 

Henman decidió colgar la raqueta y se desvinculó de él por un tiempo debido a estrés sufrido y a las lesiones que le condenaron a dejar el deporte que siempre había amado. Su fundación es su principal obsesión ahora, pero no ha olvidado de donde viene y porqué la figura de Tim Henman es conocida, por ello disputa torneos de veteranos donde coincide con grandes leyendas retiradas como Bjorn, McEnroe, Sampras, Moyá, Lendl, Wilander, etc.