Pablo Carreño Busta, de 27 años de edad tuvo que retirare a principios de febrero del torneo de Córdoba, Argentina, en el cual era uno de los favoritos a alzarse con el título y tuvo que abandonar sin llegar a finalizar su primer partido ante el local Pedro Cachín (280), debido a unas molestias en el hombro. Desde entonces, el español no ha vuelto a jugar ningún partido más, ha estado dándole mayor importancia a una pronta recuperación de cara a llegar en el mejor estado de forma posible a la gira sobre arcilla, pese a perderse prácticamente el primer mes de esta. Sin embargo, esas molestias han ido a más y no le han permitido participar tanto en los Masters 1000 de Indian Wells y Miami como en diversos torneos importantes dentro del circuito como los torneos de Buenos Aires o Rio de Janeiro, donde defendía puntos de su anterior participación. A estos torneos ya mencionados, hay que sumarle otros de renombre en los cuales podría haber hecho buenas actuaciones como son los de Acapulco o Dubái.

Pese a estar apuntado para participar en el torneo de Marrakech para ir cogiendo ritmo en tierra batida, el español tuvo que bajarse de este a última hora debido a que pese a sus continuos entrenos para estar a punto cuanto antes, no se veía 100% recuperado. De esta manera, también ha anunciado que no participará en el Masters 1000 de Montecarlo con el objetivo de llegar a punto a Barcelona y posteriormente a Estoril (torneo del cual posee una ‘’Wildcard’’). Pablo Carreño tiene en su punto de mira estos torneos puesto que en ambos llegó a las semifinales en 2018 y debe defender esos puntos, ya que tras haber caído hasta el puesto 28 de la tabla, no puede permitirse más sangrías del estilo.

El español sumará otro año consecutivo sin participar en el Principado, pero con el claro objetivo de minimizar riesgos de cara a posibles recaídas con el fin de defender la mayor cantidad de puntos posibles y llegar al mejor nivel a Roland Garros.