Míercoles 8 de mayo del 2019, once de la noche, Caja Mágica, Madrid, capital de España, Pista Central Manolo Santana, Mutua Madrid Open. La hora, el lugar, el momento del día, la pista... Todas estas palabras quedarán guardadas en los anales de la historia del tenis, porque el miércoles 8 de mayo de 2019 será una fecha para rememorar siempre, una fecha para el recuerdo.

David Ferrer ponía punto y final a una carrera llena de éxitos. El que hasta entonces era número 144 del ranking mundial, colgaba la raqueta de manera definitiva con toda una pista rendida a sus pies, y no es para menos. Porque David Ferrer no habrá conseguido la cantidad de títulos (27) que poseen Rafael Nadal, Novak Djokovic o Roger Federer. Pero lo que sí ha conseguido es ganarse el respeto, admiración y amor de todas las personas que siguen este deporte, como él mismo confesó en la especial ceremonia de retirada que se celebró en la pista Manolo Santana de la Caja Mágica donde sus amigos, su mujer Marta Tornell y su hijo Leo, además de Javier Piles, el entrenador clave en la carrera de David Ferrer, infiltrado entre el público, le acompañaron.

El "Ferru", mote más que adecuado que le puso un entrenador de la federación catalana de tenis que viene de la palabra "hierro", haciendo un juego de palabras con su apellido, ha demostrado, y enseñado, unos valores difíciles de encontrar. Los valores del trabajo duro, de dejar la última gota de sudor en una pista de tenis, de no dar nunca una bola por perdida.

Pero sobre todo, los valores del respeto. Como anécdota quedará aquellas palabras desacertadas en el US Open del 2008, porque aparte de tenistas, todos somos humanos, y aunque evidentemente las palabras y actitud del jugador de Jávea no fueron las correctas, todo el mundo le recordará por ser como fue (y es) y por la lucha, entrega y tesón que dejó en cada partido que disputó.

Un jugador especial, un tenista único, un luchador irrepetible. En medio de un mar de vítores, aplausos y silbidos (en el buen sentido de la palabra), donde todos los transeúntes presentes sobre la pista central Manolo Santana se rompieron las manos a aplaudir, David Ferrer dejaba sobre la tierra batida madrileña su último legado, un legado eterno. Un legado extenso. Un legado excelso. Un legado, simplemente extraordinario.

La última bandana | Foto: Mutua Madrid Open
La última bandana | Foto: Mutua Madrid Open

"Los trofeos, trofeos son y ahí están en mi casa. Sólo son copas. Lo que de verdad me llevo de todos estos años es vuestro y apoyo incondicional cada día durante estos 19 años de carrera", confesaba David Ferrer en la ceremonia. Y ese apoyo tan especial pudo sentirlo de manera muy calurosa antes de disputar el último punto como tenista profesional.

Y es que "El Ferru" quería acabar ya. Sabía que se acababa. Sabía que colgaba la raqueta. Sabía que era su último juego. Su último set. Su último saque. Su última batalla. Pero Alexander Zverev, lejos de querer acaparar protagonismo, quiso aportar su granito de arena a un día tan especial y no dejó sacar a Ferrer. El germano, con un claro "C'mon. Everybody", pidió a todos los congregados que estuvieron presentes sobre la pista central de la Caja Mágica que le diesen el último aliento antes de disputar su último punto.

La reacción instantánea de las casi 10.000 personas que se dieron cita fue ponerse en pie y acompañar al veterano tenista de Jávea en el punto y final. Como cuando en Alemania, en el balonmano, todo el público se levanta y aplaude en el último minuto de partido. Un premio más que merecido. Porque no hay mayor premio que sentirte querido por personas que valoran y admiran tu trabajo y que por supuesto te lo hagan saber.

Un manteo merecido | Foto: Spanish News
Un manteo merecido | Foto: Spanish News

"Fíjate en Rafa Nadal" (o cualquiera del Big3), dicen en las escuelas. No señores, no. Fijarse en esos tenistas y querer ser como ellos es un error. Por que nadie será como Nadal, Djokovic y Federer. Por que aunque ellos también llevan el gen luchador de David Ferrer en las venas, ninguna persona tendrá ese talento innato que tiene el Big3 y que les ha hecho ganar tantos títulos. Una pequeña seña de identidad por encima del resto.

Por supuesto que David Ferrer tiene talento, si no, no hubiese sido número 3 del mundo y campeón de 27 títulos. Pero el de alicante es la figura en la que todo el mundo debería fijarse. Un jugador que, a base de trabajo, trabajo y más trabajo, y sin ese tirón mediático que han tenido otros tenistas, logró estar donde estuvo y haberse mantenido tantas veces en la élite mundial. Esas son las bases que hay que asentar en todos los niños porque ninguno tendrá ese talento innato de Nadal, Djokovic o Federer.

David Ferrer, el gladiador. David Ferrer, el luchador. David Ferrer, "El Ferru". David Ferrer, el correcaminos. David Ferrer, el hombre de gierro. David Ferrer, un nombre y apellido que siempre serán recordados en el deporte de la raqueta. David Ferrer no se marcha por la puerta grande, se marcha por una puerta de dimensiones extremas que él construyó pasito a pasito. Yendo piano piano piano. Construyendo ladrillo a ladrillo. Lo único que se puede decir es #GraciasFerru.