Parece que Pablo Carreño ha vuelto a encontrar la senda de la victoria en Roland Garros. Tras varios periodos de lesiones, el asturiano no conocía la victoria desde el pasado abierto de Australia. Ahora, en Roland Garros, tras conseguir la victoria frente a Joao Sousa, también hizo lo propio ante un duro hueso como el joven australiano Alex De Miñaur, cediendo tan solo 5 juegos.

 

Juego solido y dominando

Tuvieron que pasar 2 juegos para ver el primer punto del partido para De Miñaur. Carreño se sentía muy cómodo en la pista y logró romper y ganar los dos primeros juegos en blanco. A partir de ahí, el set se igualó. Los juegos llegaban a deuce y siempre caían del lado del sacador. Carreño salvó la única oportunidad de rotura que obtuvo el australiano en el primer set. Por su parte, el asturiano pudo romper más veces el servicio de De Miñaur, pero el australiano conseguía sacarlos adelante. Aún así Carreño volvió a ganar un juego al resto, fue para poner el 6-3, y llevar así la primera manga.

 

Con las buenas sensaciones, Carreño se soltó definitivamente en el segundo set. Aunque la tendencia de juegos largos con deuces seguía. El español conseguía ganar sus saques, aunque salvando hasta 5 bolas de break. Al australiano le faltaba dar algo más si quería vencer a Carreño. Fruto de eso se vio un 5-0 en el marcador. De Miñaur sacó algo de orgullo ganado su siguiente saque en blanco. Pero el set estaba visto para sentencia, y así lo hizo Pablo Carreño con su saque. 6-1 y 2 sets arriba en el marcador.

 

Lo peor que podía pasar para la moral de De Miñaur es que Carreño ganara otro juego largo. Así comenzó la tercera manga. Y esto mermó aun más al australiano. Los puntos clave los ganaba Carreño, y así es difícil ganar. El asturiano estaba muy entonado, salvaba bolas de break y aprovechaba oportunidad. Rompiendo nuevamente el servicio de De Miñaur puso fin al tercer set. Otro 6-1, y el jugador español a tercera ronda.

 

Una gran victoria para la moral de Carreño. Después de meses de sufrimiento el español vuelve a jugar a gran nivel, volviendo a la tercera ronda de Roland Garros. En esta tercera ronda se encontrará a un jugador local. O bien Benoît Paire, o bien Pierre-Hugues Herbert, ambos difíciles contrincantes en tierra.