Ha llegado la hora. El tenis femenino vuelve a tener una cita con la historia en la gran final de Wimbledon 2019. El sábado, no antes de las 14:00 horas hora local, 15:00 horas de la tarde hora española, Serena Williams y Simona Halep medirán sus fuerzas para tratar de lograr el galardón más preciado que existe en el tenis mundial: el trofeo del tercer Grand Slam del año. Ambas han sido, sin discusión, las mujeres más fuertes durante estas dos semanas de torneo, algo que dejaron claro en sus encuentros de semifinales, cediendo tres (Serena) y cuatro (Halep) juegos, respectivamente. Sea cual sea el resultado final, la final será histórica. Si gana Williams, conquistará su octavo Wimbledon e igualará a Margaret Court como la tenista con más 'grandes' de la historia con 24. Por contra, si es Halep la que resulta vencedora, tendrá el honor de ser la primera tenista de su país, hombre o mujer, en inscribir su nombre en el palmarés del torneo. 

Serena, ante el reto de dejar atrás sus propios fantasmas

No es la primera vez que la estadounidense, actual número diez del mundo, se encuentra en la disponibilidad de empatar a la citada Court. Sin ir más lejos, el año pasado y en este mismo escenario, Williams ya se quedó a las puertas de lograrlo al ceder en el último partido ante la alemana Angelique Kerber. Esta vencería por un doble 6-3, dando muestras de una evidente superioridad ante una Serena demasiado precipitada y ansiosa. La misma historia tendría lugar apenas dos meses después en el US Open, escenario en el que la menor de las Williams volvería a ser batida en la gran final, también de manera contundente, esta vez por la japonesa Naomi Osaka (6-2 y 6-4).

Si vence, Serena pasaría a ocupar el octavo puesto del ránking mundial. Halep, por su parte, será cuarta haga lo que haga

En ambos casos, la vigente finalista fue presa de un enorme bloqueo mental, siendo incapaz de gestionar en ningún momento sus propias emociones. Serena no se ha cansado de repetir que este año llega mejor que en el pasado, pero su trayectoria en el torneo guarda bastantes similitudes con el de la pasada edición. Sólo ha cedido dos sets, uno en segunda ronda y otro en cuartos de final, dejando para la semifinal su mejor versión ante una impotente Strykova. La pregunta es si, llegado el caso, Williams será capaz de dejar atrás sus fantasmas para lograr romper, de una vez por todas, esa barrera histórica de los 24 Grand Slams. 

Halep, de no tener expectativas a encontrarse a un paso del título

No es ninguna mentira afirmar que Simona Halep llegaba a esta edición de Wimbledon sin ninguna expectativa de llegar lejos en el cuadro final. Y quizá eso ha sido lo que ha jugado más a su favor. La rumana venía de un 2019 que, hasta el momento, había sido bastante irregular, mezclando buenas actuaciones (final en Madrid y Doha), con otros grandes borrones, especialmente en el reciente Roland Garros, donde fracasó en su intento de defender la corona de campeona, cayendo claramente en los cuartos de final ante la joven Amanda Anisimova

Pero el tenis siempre da la oportunidad para levantarse y, a veces, esto suele suceder en el momento más inesperado. En su superficie menos predilecta, y donde hacía cinco años que no pisaba las semifinales, Halep ha vuelto a reencontrarse con su mejor versión, aquella que la convierte en una jugadora inexpugnable desde el fondo de pista gracias a su gran movilidad de piernas y a la facilidad para cambiar direcciones. Precisamente esto último será clave para que la rumana pueda tener opciones de victoria. Tendrá que estar muy rápida de movimientos para contrarrestar, primero el servicio, y después los cañonazos que le vengan desde el otro de la red. 

No hay duda de que si sólo se ponen los ojos en el cara a cara, este es desalentador para la rumana, que ha claudicado en nueve de las diez ocasiones en las que se ha medido a la estadounidense. Sólo un triunfo, en la fase de grupos de las WTA Finals de 2014, y tampoco es que le sirviese de mucho, puesto que en la gran final, Williams también la dejaría con la miel en los labios (6-3 y 6-0). Hablando claro, Serena es la favorita. Está en su torneo preferido, en la superficie donde más daño puede hacer con sus potentes golpes, y donde menos esfuerzo se ve obligada a realizar a la hora de defenderse. Halep tendrá que hacer un gran encuentro, y también esperar que a Serena le vuelvan a traicionar sus miedos, esos que la han impedido, hasta ahora, poder ser proclamada, sin fisuras, como la mejor de todos los tiempos.