Ashleigh Barty ha completado la preparación perfecta para su campaña en el Abierto de Australia, luchando contra la gran forma de Garbiñe Muguruza, para alzarse con el título del torneo WTA 500 Yarra Valley Classic, en sets seguidos.

Muguruza había perdido solo 10 juegos con cuatro victorias en sets seguidos antes de la final, pero no logró llegar a la altura con Barty, quien ganó 7-6 (7-3) 6-4.

La española luchó para lidiar con el golpe de revés letal de la número uno del mundo durante todo el partido, pero sus errores resultaron costosos en un primer set de tensión, siempre parejo.

Muguruza conectó el primer golpe genuino, rompiendo el servicio de la australiana y luego aguantó para arrebatar una ventaja de 3-1.

Barty volvió a igualar en 3-3, marcando la primera vez que Muguruza concedió tres juegos, en un set durante todo el torneo.

La española y finalista del Abierto de Australia 2020, rompió a Barty por segunda vez y sirvió para el set en 5-4.

Barty hizo que Muguruza pagara por su despilfarro, ofreciendo una actuación de desempate dominante para llevarse el primer set.

Dos golpes de derecha feroces la colocaron 3-0 en el desempate y Barty aguantó para mantener cuatro puntos de set, con un decisivo golpe de derecha, en el 6-3, y sellando la victoria en la primera manga.

La australiana rompió el servicio de Muguruza en el primer juego del segundo set, después estuvo arriba y parecía lista para navegar con seguridad.

Pero manteniendo un punto de quiebre en 4-4, Barty usó su golpe de revés para sacar a Muguruza de posición, antes de arrancar un tiro de derecha y quebrar a la española por segunda vez.

Sirviendo para el partido en el 5-4, la australiana logró cuatro puntos rápidos con una eficiencia despiadada, completando la victoria con un globo encantador.

Barty jugará contra Danka Kovinic, de Montenegro, su partido de primera ronda en del Abierto de Australia, mientras que Muguruza se enfrentará a la rusa Margarita Gasparyan.

Los fanáticos agradecen

El evento WTA 500 de Melbourne fue una bendición para los fanáticos, que anhelaban la acción del tenis en vivo. Una final entre el actual y el ex número uno del mundo, superó todas las expectativas. Y más que eso, ambas estuvieron a la altura de la ocasión.