No cabe duda que la jornada de este domingo para el serbio Novak Djokovic va a quedar para la historia, y es que Nole ha logrado, al vencer a Milos Raonic,  la victoria número 300 en un Grand Slam.

Lo hizo por 7-6 4-6 6-1 y 6-4 en un partido que, pese a quedar para la historia, no fue tan fácil para el serbio, debido a que la disputa del encuentro estuvo en vilo debido a una lesión en el costado que arrastra desde el encuentro ante Taylor Fritz.

Hasta el momento, sólo Roger Federer había llegado a las 300 victorias, en concreto, el suizo tiene en su haber 362 por el momento en la Era Open. Pese a que el duelo estaba en duda, ya que Djokovic canceló el entreno del sábado buscando recuperación, saltó a la Rod Laver Arena con un vendaje para sujetar la zona afectada para prevenir que le molestara más.

Pese a encontrarse a medio gas, sigue siendo el número uno. Milos Raonic, pese a realizar grandes servicios con puntas de 223 k/h, fue el primero en lograr una rotura en el quinto juego del segundo parcial. El primero cayó del lado serbio en el tie-break.

Acto seguido, el fisioterapeuta del torneo apareció en pista, pero, al contrario de lo que todos pensábamos, sería para tratar a Raonic por unos problemas en el pie, aunque el partido siguió adelante.

Novak Djokovic seguiría con claros síntomas de dolor, pero se anotó dos roturas cuando el encuentro iba camino de las dos horas de duración. Lo volvería a hacer en otras dos ocasiones.

Dicha victoria le mete por duodécima vez en su carrera entre los ocho mejores del Open de Australia. En la próxima ronda le espera Alexander Zverev, el primer top 10 en su camino hacia el título, actual número siete de la ATP.

Preguntado al acabar el encuentro, confesó que, de no haber sido este torneo, se hubiera retirado, pero teniendo en cuenta que se trata de un GS quiso hacer un mayor esfuerzo.

El próximo objetivo del serbio será otro hueso duro, el germano Alexander Zverev, para el que deberá recuperarse pronto si quiere dar gran batalla como la que se espera.