La pareja campeona, especialmente Nick Kyrgios, estuvo expuesta a críticas por sus “travesuras” durante su carrera hasta la final. Recibieron una invitación de la organización y habían estado involucrados en altercados con oponentes, enloquecieron a los fanáticos, discutiendo con jueces, rompieron raquetas y realizaron gestos. El dúo dinámico, integrado por amigos de hace años, fue más fuerte en una final pareja, ganando por 7-6 6-4, luego en 1 hora y 35 minutos, a sus compatriotas Matthew Ebden y Max Purcell.
Una multitud colmó el estadio Rod Laver Arena. El revés de Kokkinakis selló el primer quiebre del partido en el juego once y los campeones cerraron el set inicial con su juego de servicio.
Kokkinakis y Kyrgios tomaron una ventaja de 4-3 en el segundo set, después de romper en blanco, pero sus oponentes les negaron un punto de partido en 5-4.
La pareja favorita terminó el partido con el servicio de Kyrgios, lanzando dos aces para ganar la corona, completando su historia de “Cuento de Hadas” en Melbourne Park, donde sorprendieron a los principales sembrados, los croatas Mate Pavic y Nikola Mektic, en la segunda ronda.
Un sueño
“Qué semana Nick, te amo hermano. Puedo decir honestamente, que no esperábamos siquiera acercarnos a esto”, dijo Kokkinakis.
Kyrgios agregó: “Esta semana ha sido un sueño hecho realidad y no me gustaría hacerlo con nadie más. Estoy súper feliz, no sé cómo estamos haciendo esto, o qué está pasando”.
Desde 1997
La pareja hizo vibrar a los fanáticos con su juego “entretenido” y son los primeros campeones de dobles masculinos de Australia en el Grand Slam de apertura de la temporada, desde que Todd Woodbridge y Mark Woodforde triunfaron en 1997.
Kokkinakis y Kyrgios, que son más conocidos por sus apariciones en singles, eliminaron a cuatro parejas de cabezas de serie para llegar a la final y luego lograron el memorable primer título de Grand Slam.
“Gané algunos títulos importantes por el mundo, jugué algunos partidos increíbles. Este es el número uno para mí”, declaró también Kyrgios.