Iga Swiatek está de dulce, y ha dejado bien claro el por qué desde el lunes será la nueva número uno del ránking WTA. La polaca lleva un balance en lo que va de temporada de 26 victorias y apenas 3 derrotas. En este Miami Open ha ganado todos los encuentros sin ceder ni un solo set, evidenciando la superioridad y consistencia ya visibles en Doha e Indian Wells. Esa misma diferencia si vio también en el nivel de su rival, Naomi Osaka.

Los primeros momentos de la final eran una clara señal de cómo sería el encuentro. Osaka terminó llevándose su primer juego al resto tras 11 minutos y por cuatro saques directos. Iga no titubeó en mostrarse todo lo agresiva que pudo, un aspecto que está mejorando desde hace algunos meses con su nuevo entrenador. La polaca se estrenó rápidamente en el marcador, también haciendo gala de sus servicios.

Iga se mostró incontestable

Si bien es cierto que la nipona sacó un juego a su favor en blanco, Iga iría lanzada para hacer la primera rotura de la final en su cuarta oportunidad. Los intentos de Osaka  restando desde dentro de la pista se respondían con grandes golpeos ganadores que desplazaban a la nipona de un lado a otro de la pista. De esta forma, Iga dejó a Naomi sin espacio para volver a meter la pelota en juego.

Volvió a salvar otra bola de rotura Naomi para ponerse 4-3 break abajo y mantener las distancias. Se acercó con un 0-30, pero Osaka se quedaba sin ideas ante una Swiatek que parecía un frontón.

No la dejó respirar ni un momento a su rival Iga, que sumaba juegos consecutivamente. De un extremo al otro de la pista central del Miami Garden, Swiatek cerró un primer set en el que no se enfrentó a ningún punto de rotura.

Swiatek subió el nivel

Nuevo set, pero mismas sensaciones. O al menos es lo que pensó Iga, que seguía apretando al resto ante una Osaka que no se movió demasiado de la pista y se la vio muy estática.  En breves instantes Swiatek se colocaba 4-0 arriba, con una Osaka sin saber meterle mano al juego de la polaca. Los buenos ganadores de Osaka se quedaron es esporádicos chispazos, sin producir efecto alguno ni inmutar lo más mínimo a su rival, que sumó otro juego al marcador. Con su servicio cerró el partido sumando de esa manera su sexto título en su palmarés, siendo el tercero de manera consecutiva de este 2022.