Debido a la primera Fecha FIFA del presente año futbolístico, este fin de semana la actividad en el torneo Apertura 2014 de la Liga MX y Ascenso MX sufrió un receso. Sin embargo, es bien sabido que cuando se presentan este tipo de pausas la mayoría de los equipos buscan permanecer activos, es por eso que disputan encuentros de caracter amistosos para mantenerse dinámicos y no perder ritmo.

Este sábado, Cruz Azul y Necaxa se enfrentarán en uno de estos duelos, mismo que tendrá como sede el Estadio Victoria, casa de los Rayos. Teniendo en puerta un nuevo enfrentamiento entre ambas escuadras, es imposible no recordar aquella final que sostuvieron en la temporada 1994-95, donde los electricistas se coronaron sobre los celestes en la cancha del Estadio Azteca.

Cruz Azul y Necaxa tuvieron una extraordinaria temporada regular, culminando entre los mejores cuatro equipos, específicamente en tercer y cuarto lugar, respectivamente. El camino que vivió la Máquina para lograr instalarse en la gran final fue sumamente complejo, pues en la rondas preliminares se midió ante dos de sus rivales más importantes: Pumas y América; en Cuartos de Final superaron a los felinos por su mejor ubicación en la Tabla General, ya que el marcador global terminó igualado a un gol. En Semifinales eliminaron al América, conjunto que parecía imbatible pero que a final de cuentas derrotaron 3-2.

Por su parte, el trayecto de los Rayos comenzó senciilo; en Cuartos de Final rebasaron cómodamente a Tecos por un marcador global de 4-1, pero en la antesala de la gran final se las vieron complicadas, puesto que se enfrentaron al líder de la competencia: Guadalajara; borraron a las Chivas del mapa gracias al criterio del gol de visitante, ya que en la cancha del Estadio Azteca empataron a cero goles y en el empastado del Estadio Jalisco igualaron a un tanto, dándole la victoria a los electricistas.

Al igual que en el presente, Luis Fernando Tena comandaba al cuadro cementero, cuya plantilla estaba lidereada por un histórico de la institución, Carlos Hermosillo, mismo que terminó como el máximo romperedes de la competencia tras anotar 35 anotaciones en 36 partidos disputados. Del otro lado, Manuel Lapuente era el personaje que dirigía a un vistoso Necaxa, el cual, gozaba de un tridente ofensivo que provocaba miedo en las defensivas adversarias compuesto por Alex Aguinaga, Ricardo Peláez e Ivo Basay.

El Coloso de Santa Úrsula albergó ambas finales. En el choque de ida, Necaxa fungió como el equipo local y Armando Archundia fue el árbitro central. El chileno Ivo Basay sería el verdugo de los celestes y desde el primer emparejamiento lo demostró. Con gol del andino, los Rayos pegaron primero al minuto 22, pero antes de cumplirse los primeros 45 minutos apareció el goleador de la Máquina; Carlos Hermosillo igualó los cartones y al mismo tiempo puso cifras definitivas, dejando todo para la vuelta.

El 4 de junio de 1995 sigue vigente en la memoria de la afición necaxista. En medio de un Estadio Azteca abarrotado y con apoyo dividido para ambas escuadras, se disputó la gran final de la temporada 1994-95; en esta ocasión, Arturo Brizio fue el colegiado estelar.

Segundos antes de llegar a la primera media hora del encuentro, Alex Aguinaga adelantó a los visitantes; una extraordinaria jugada entre Alberto García Aspe, Ricardo Peláez y el ariete ecuatoriano terminó siendo el primer clavo en el ataúd de Cruz Azul.

La Máquina necesitaba mínimo una diana para continuar con vida y mandar el partido a la prórroga, pero en los últimos minutos del juego, nuevamente, como en el primer duelo, hizo acto de presencia Ivo Basay para colocar la estocada final y regalarle a Necaxa el primero de sus tres títulos de Liga que obtendría en la década de los 90s.