Peor no pudo empezar el torneo para el Guadalajara; su derrota en la primera jornada del Clausura 2015, se combinó con la victoria de los tres rivales directos con los que disputará su permanencia en el máximo circuito. Tal situación, aunque haya llevado la crisis jalisciense a su punto más bajo, al postrarlo como último lugar de la tabla porcentual –por diferencia de goles–, puede ser pasajera si los resultados comienzan a revertirse. Para ello, el Rebaño se encontrará con la fortuna de enfrentar a su rival más ‘accesible’ en casa –estadísticamente– y recibirá a un Pumas que tiene 33 años llegando en plan de víctima a Jalisco, cuando visita a Chivas.

Como un equipo histórico del fútbol mexicano, Chivas ha vivido pasajes memorables contra casi cualquier rival. Por supuesto, cuando se trata de un rival con más de tres décadas sin respuesta en la Perla de Occidente, los recuerdos positivos abundan. De entre ellos, uno muy particular se dio a dos años de la creación de los torneos cortos, cuando el Guadalajara podía presumirse como uno de los equipos más notables de México y hacía sentir su playera cada que jugaba.

Para el Invierno 1998, la UNAM llegó a refrendar su –en ese entonces– ya existente etiqueta de ‘hijo’ y cayó ante los rojiblancos por el marcador más abultado que se recuerde en la época de las competencias de medio año. Chivas goleó 4-0 a Pumas y se encaminaba para cosas importantes en el torneo.

Para la decimocuarta jornada del mencionado torneo, Guadalajara ya se perfilaba como un candidato fuerte para disputar el título. En el papel, su plantel era discreto; aun así, contaba con piezas medulares de renombre tales como: Claudio Suárez, Ramón Ramírez y Jesús Arellano, mismos que con su juego se candidateaban fuertemente para ser jugadores mundialistas del inmediato Francia ’98 y que hacían de los jaliscienses un equipo muy respetable. Pumas, por su parte, tampoco era un equipo modesto. Jorge Campos, Antonio Sancho y Braulio Luna eran puntales de un plantel trabajador y se esperaba un encuentro interesante en la grama del Estadio Jalisco, aquel 21 de marzo de 1998.

El encuentro, comenzó cumpliendo el pronóstico de paridad que reflejaba el plantel de ambos equipos; afortunadamente para los locales –dirigidos por Ricardo ‘Tuca’ Ferretti–, el pronóstico dejó de ser viable antes de acabar el primer tiempo, después de que Chivas se pusiera al frente, con gol de Ramón Ramírez a pase de Alberto Coyote, y de ahí Pumas no reaccionara más. Incluso, antes de finalizar la primera parte, un canterano universitario, Claudio Suárez, victimizaba a su antiguo club, asistiendo para el gol del ‘Cabrito’ Arellano, que ponía el 2-0 para acabar los primeros 45 minutos.

Para la parte complementaria, Guadalajara no perdió el tiempo y recién al inicio, antes de cumplirse el minuto, ponía el tercero en su cuenta, cuando Paulo César ‘Tilón’ Chávez anotara al ser asistido por un ‘Cabrito’ inspirado. De hecho, antes del minuto 70, todo quedó liquidado cuando, el mismo ‘Tilón’, sirvió para que Joel ‘Tiburón’ Sánchez pusiera el apabullante marcador final.

Esas Chivas no sólo calificaron a la liguilla, sino que llegaron a la final ante el Necaxa. El club se veía bien, contaba con un plantel competitivo y únicamente pensaba en lo que deben pensar los equipos importantes: títulos.

Hoy la realidad es distinta, Guadalajara saldrá a morirse en la raya contra su rival más ‘a modo’ con la demanda máxima de sacar los tres puntos. De terminar con un resultado adverso, pese a estar en la novel Jornada 2, el camino a la salvación se pondría aún más cuesta arriba.