Hay jugadores que se incrustan en el corazón de gente por su carisma, otros por las oportunas apariciones de estos por más esporádicas que sean, algunos tantos festejan de una manera tan peculiar que toman protagonismo de referente, otros simplemente por hacer muchos goles. Luis Roberto Alves ´Zague´ es la combinación de todas estas características y más.

Aquel 1 de Noviembre de 1985, día de su debut, no sería un día común. El americanismo era testigo del nacimiento futbolístico del máximo goleador en la historia de las Águilas, el que más gargantas rompería con sus goles que llegarían en forma de disparos violentos, precisos además de remates de exquisitos frentazos que se incrustaban en los arcos rivales de manera tan elegante como su manera de conducir la pelota.

Un delantero diferente que rompía el viento como una saeta evadiendo a los de enfrente y cuando estaba a unos metros del arquero le rompía el marco haciendo ver inútil hasta al que mejores reflejos poseía. Un prodigio que también vistió la camiseta nacional y con ella se ganó la idolatría de todos los mexicanos sin importar los colores de su club, porque ´Zaguinho´ es el lindo del barrio.

Pasaron muchos jugadores, técnicos, directivos pero Zague siempre tuvo la camiseta de las Águilas no importando las ocasiones en que tuvo que defender otros colores, porque ese titán nació para ser tan americanista como los millones de hinchas que vibran con los colores del equipo más grande de México; el América. Si bien comenzó su carrera en el ´Timão´, aquel chico jugaba en el patio de su casa soñando con hacer rugir el Coloso de Santa Úrsula donde su padre ´El Lobo solitario´ marcó gol en la inauguración del Estadio Azteca.

Luis siempre será un ídolo distinto a los demás, no solo por ser el máximo anotador en la historia del Club América, sino por su talento dentro y fuera de la cancha. Alguien que siempre tiene la paciencia de atender a los seguidores azulcremas, que escucha a la gente y principalmente por ser la fuente de inspiración de todos esos niños categoría 1990 que soñaban con ser tan veloces como Zague, definir como él y salir corriendo a festejar el gol gritándolo con el alma porque ´Zaguinho´ es de la generación de jugadores que no necesitaban propaganda televisiva ni periodística como en la actualidad

Su despedida no podía ser de otra forma que jugando contra un equipo del calibre del Barcelona; Puyol, Saviola y Ronaldinho disputaron con el los últimos balones de su carrera a forma de reverencia, porque aquella noche no se despedía cualquiera, se despedía Zague y con él se escapaban millones de lágrimas de los aficionados azulcremas en todo México, una por cada alegría que él les brindó.

Todos alguna vez se imaginaron con un 17 en la espalda al momento de jugar futbol sintiéndose por un momento el delantero más letal de las Águilas; porque si se tiene que resumir a ese monstruo del área bastaría con decir que Zague es goles, fútbol y alegría, él es Luis Roberto Alves el delantero que todo americanista quiso ser.