La rivalidad entre América y Puebla ha escrito en sus páginas doradas dos batallas por el título. La primera, en el ya lejano año de 1945, cuando ambos equipos disputaron la final de la Copa México. La más reciente, en los años ochenta, cuando ambos conjuntos vivían su mejor momento y disputaron el trofeo de Campeón de Campeones de la temporada 1987-1988. En cada uno de estos partidos, tanto enfranjados como azulcremas dieron una lucha sin cuartel que nos dejó memorables encuentros.

La Copa México 1944-1945

La final de la Copa México en su temporada 1944-1945 puso frente a frente a los Cremas del América contra los Camoteros de Puebla. Los de la Angelópolis, con apenas un año de existencia, estaban a las puertas de su primer gran éxito. Atrás habían dejado a los equipos jaliscienses de Atlas y Oro. Los americanistas, por su parte, buscaban recuperar las glorias de décadas pasadas, mientras vivían una precaria situación económica.

El 24 de junio de 1945, en el Parque Asturias del Distrito Federal, América y Puebla disputaron el prestigioso trofeo. Las crónicas de la época narran un inicio furibundo de los poblanos, comandados por Vascheto. El argentino anotó el primer gol del partido con un tiro al ángulo a los cuatro minutos. El pampero también anotaría el segundo al minuto veinticinco de tiro libre y participaría un minuto después en el gol de Velázquez, que dejaba el tanteador 3-0. Un inicio que pareció encaminar a la victoria fácilmente a los Camoteros.

Poco antes del descanso, al cuarenta y tres, Octavio Vial inició la reacción americanista con un gol que animaba a los suyos. Sin embargo, las esperanzas americanistas se derrumbaron con el gol de Alarcón, tras pase de Dumbo López, en el minuto diecisiete del segundo tiempo.

Entonces sobrevino la feroz respuesta de los Cremas, que por intermedio de Nicolau y Scarone pusieron el marcador 3-4 en menos de cuatro minutos. La tribuna se desbordaba ante un espectáculo que estaba resultando maravilloso, y aún faltaba lo mejor. Dumbo López, con ese olfato de gol característico, volvió a aumentar la ventaja para Puebla. La Pulga Vial se inventó una jugada individual maravillosa para nuevamente poner a tiro del empate a los de Coapa. Y cuando más atacaban los entrenados por Luis Regueiro, apareció un zapatazo formidable de Velázquez para cerrar de manera definitiva la cuenta.

Cuando Carlos Esteva pitó el final de aquella espectacular final el público brindó un merecido homenaje a los 22 jugadores. Sin saberlo, los presentes habían visto la que, hasta el día de hoy, es la final con más goles en la historia de un torneo oficial en el Futbol Mexicano. También fueron testigos del primer título oficial del Puebla. Pero, por sobre todo, vieron un partido memorable entre dos de los equipos que a lo largo de los años se han convertido en referentes del futbol mexicano.

Aquel día los equipos alinearon de la siguiente manera;

Puebla: Iborra, Zendejas, Pérez, Sánchez, Rodolfi, Guerrero, López, Vascheto, Chávez, Alarcón y Velázquez.

América: Moncebáez, Castro, Gutiérrez, Mendoza, Scarone, Vera, Orvañanos, Angelillo, Vial, Cafaratti, Nicolau.

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