Enrique Borja, ha sido, uno de los jugadores históricos del América, con ocho años de trayectoria en el club donde vivió sus mejores años.

Borja, debutó el primero de marzo de 1974 con Pumas, en un partido de Copa México ante Zacatepec, equipo con el que se dio a conocer y brilló por su talento.

El delantero llegó al América entre polémica, después de jugar cinco años con los universitarios, su continuidad se vio afectada por un problema económico; las Águilas se hicieron de sus servicios en la temporada 1969-1970; con los 'azulcrema', debutó ante el acerrimo rival, las Chivas, en un clásico que se llevarían los de Guadalajara por un marcador de 3-1.

Su primer gol, lo marcaría contra Toluca, en el Estadio Azteca; temporadas siguientes, se convertiría en el campeonato de goleo tres veces consecutivas, hasta la temporada 1972-1973, sumando 106 tantos en su estadía con los del Coloso de Santa Úrsula.

El goleador, solía marcar de maneras inpensables, que hacian más espectaculares los partidos de los cremas, reconocido por jugar con una intensidad máxima en el terreno de juego y buscar el balón para clavarlo en las redes de cualquien forma.

Su primer campeonato con los cremas, lo consiguió ante los 'diablos' rojos el tres de agosto de 1971, en seguida, en la Copa México, 1973-74, saldría campeón contra Cruz Azul; su segunda liga, la conquistaría en la final 1975-1976, en la victoria  sobre UDG, además del campeón de campeones de la misma temporada, donde derrotaron a Tigres dos goles por cero; su último título lo consiguio en la Copa de Campeones CONCACAF en 1977.

El compañero de Borja en la delantera americanista, fue otro grande de la institución como Carlos Reinoso, la dupla, es de las más recordadas entre la afición.

Enrique, también fue indispensable en el cuadro de la selección mexicana, donde sumó 32 goles y participó en dos copas del mundo, en Inglaterra 1966 y en México 1970.

El delantero, es considerado como una de las figuras de la institución que en este 2016, cumple su centenario, y a pesar de su pasado como felino, con las águilas obtuvo grandes victorias que hacen que los aficionados se sientan identificados.

En su despedida, se enfrentó a los Pumas, el equipo que lo vio nacer, marcándole dos goles en un partido oficial de la denominada época profesional en el año 1964.

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