Los Pumas de la UNAM han demostrado, en las últimas fechas, que no quieren creer en nadie. A pesar de que hace un mes los números no cuadraban para la gente de Andrés Lillini, hoy están en Cuartos de Final de la Liga MX y enfrentan a su odiado rival: el Club América.

Pero, al hacerlo, también se encaran a una de sus peores pesadillas. En los últimos encuentros de enfrentamiento directo, los de Coapa han arrollado a los universitarios e, incluso, se han llevado humillaciones dolorosas, como el 6-1 en el Azteca. Lo que llevó incluso a la destitución de David Patiño como entrenador en aquel fatídico 2018.

Los del Pedregal tienen en sus manos, a diferencia de estas recientes derrotas, algo distinto. La fuerza anímica que los ha hecho regresar de una goleada contra Cruz Azul en la fecha final y revertir el favoritismo que tenía Toluca en el repechaje. Cuestión de fe o no, los auriazules siguen en busca de volver a contender por el campeonato como un año atras.

La válvula de escape que fue Miguel Mejía Barón como vicepresidente deportivo en estos meses fue clave para el éxito emergente que obtienen los capitalinos. La salida intempestiva de Gabriel Torres y apretar las tuercas tácticas lo tienen ahí, pensando en una posibilidad de ser campeón.

Este miercoles a las 17 horas, Pumas tiene una cita con el destino. Uno que se le ha negado en las últimas fiestas grandes, pero que no debe de ser motivo de merma, sino de sed de revancha para todos los involucrados. Y que la memoria de la garra puma vuelva a rugir en Ciudad Universitaria.