Las palabras Atlas y campeón finalmente pueden unirse. 70 años de sequía llegaron a su fin la noche de este domingo. La historia se escribió con drama y giros inesperados al grado de alargarse a los tiros desde el manchón penal, donde Atlas se impuso a León por 4 a 3 luego de empatar en marcador global tres por tres. 

En los primeros minutos comenzó el ataque rojinegro, la clásica dupla de Diego Cocca, Julián Quiñones y Julio Furch, generó estragos en la zaga leonesa. Así surgió la primera de peligro orquestada por el argentino, quien abrió hacia la izquierda para Luis Reyes. El centro del “Hueso” fue raso, el atacante colombiano llegó frente a Rodolfo Cota, pero no pudo conectar. 

León no se quedó atrás y también respondió al embate rojinegro. Un balón fue filtrado hacia Víctor Dávila, Camilo Vargas amagó en su salida, lo cual fue bien aprovechado por el chileno que buscó colocar hacia el poste del guardameta, pero el disparo se escapó por un costado. 

Sin embargo, esta representó la única ocasión de peligro de los Esmeraldas. Los dirigidos por Ariel Holan poco interés mostraron en finiquitar la serie sabiendo que Atlas era el obligado. Atlas, en cambio, era empujado por su afición y los destellos de Quiñones que hicieron vibrar al Jalisco. 

Camilo Vargas despejó en largo, Quiñones quedó en la mano a mano y definió por encima de Cota. La trayectoria del balón parecía sacada de una película estadounidense, los más de 47 mil aficionados que se dieron cita en el Coloso de la Calzada Independencia vieron viajar ese balón de forma lenta. Su trayectoria acabó cuando impactó el poste

En la parte complementaria poco o nada cambió en la tónica de juego. Incluso desde el saque inicial hecho por León los locales presionaron, consiguiendo hacerse de la pelota y con Julián Quiñones al ataque. El colombiano nuevamente quedó frente al portero rival, hubo un choque, todavía intentó rematar estando en el piso, pero ya no pudo hacer más. 

Finalmente, Atlas recibiría justicia al minuto 54 por llevar las riendas del juego. Tras un rechace en tiro de esquina, Jeremy Márquez remató de forma machucada, el balón no llevaba peligro alguno, pero en el momento preciso apareció Aldo Rocha desviando la trayectoria con la cabeza, imposibilitando la reacción de Rodolfo Cota. 

El Estadio Jalisco estalló en júbilo. La afición desbordó su alegría, las cervezas volaron. El recinto de más de 60 años retumbó en todo su ser. Atlas empató el juego y revivió la serie. El VAR pudo ser el quitarrisas por un posible fuera de lugar del propio capitán rojinegro, pero no existió toma contundente para anular la anotación de los Zorros. 

La anotación le dio vida a los dirigidos por Diego Cocca. El aliento de la afición se convertía en un pilar más para los once hombres situados en el terreno de juego. El gol del título se podía palpar, pero la historia dicta que Atlas debe sufrir, no se sabe si por mandato divino o es la mística de este equipo. Brayan Trejo apareció por derecha, evadió a su marcador en dos ocasiones, disparó y estrelló en el larguero. 

El balón quedó en juego, Cota estaba vencido. Ahí apareció Edgar Zaldívar para rematar de cabeza, desafortunadamente para él, el impacto con la testa no fue el mejor. Fue flojo. Por lo que el arquero esmeralda alcanzó a recomponer para salvar en la línea. La afición se encontraba incrédula ante lo sucedido y parecía que viejos fantasmas comenzaban a rondar. 

El semblante de los dirigidos por Diego Cocca cambió, esto aunado a la caída de varios elementos por lesiones. Como soldados en conflicto bélico los jugadores rojinegros cayeron, primero Julián Quiñones, después Anderson Santamaría y finalmente Luis Reyes. Era hora de que los canteranos sacaran la casta y así lo hicieron en la tanda de penales después de que los tiempo extra no tuvieron demasiada emoción. 

Llegada la hora de los disparos desde el punto penal la tensión era palpable. No era para menos si hace 22 años, cuando Atlas disputó su última final, esta se resolvió por medio de esta vía. La confianza de la afición en sus jugadores se hizo notar. 

Camilo Vargas detuvo el disparo de Fernando Navarro y la euforia se desató, pero esta fue rápidamente apagada, pues Aldo Rocha estrelló su disparo en la base del poste. Los canteranos Edgar Zaldívar y Brayan Trejo se fajaron anotando, pero también hicieron efectivos sus disparos William Tesillo y Ángel Mena. 

Sin embargo, el quinto penal cobrado por Luis Montes terminó errado. El guardameta colombiano, recientemente criticado por errores, le daba la oportunidad a Atlas de romper la sequía de 70 años, sólo era cuestión de que Julio César Furch, cobrador del quinto penal, convirtiera para lograr la tan anhelada hazaña. 

El delantero rojinegro, que llegó inconforme a la Madriguera, pues estaba cómodo en Santos, se convirtió en el hombre que concretó el segundo título de Atlas en 105 años de historia.

Las lágrimas, las sonrisas y una Virgen de Guadalupe que Anderson Santamaría cargó durante la entrega del trofeo cerraron la noche de un Atlas renovado bajo la organización de Grupo Orlegi.

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