Los Tigres de la UANL comenzaron el torneo Grita México Clausura 2022 con más dudas que certezas. En su debut, lograron sacar un empate de último minuto ante Santos Laguna, en un partido que tuvo que posponerse cuatro días por el brote de Covid-19 que afectó a 12 jugadores del cuadro felino. Posteriormente, cayó derrotado en su presentación como local ante el Puebla de Nicolás Larcamón, que se metió al "Volcán" a hacer un partido inteligente para neutralizar por completo a la escuadra universitaria.

En sus siguientes tres enfrentamientos, el equipo lució otra cara y poco a poco fue mejorando en su accionar, al grado de levantarse con la victoria en todos ellos: primero ante los Pumas de la UNAM con un gol de penal en tiempo de compensación, posteriormente ante Mazatlán en un partido entretenido que arrojó una feria de goles, y finalmente ante las chivas rayadas del Guadalajara, donde se notó ya de forma clara la franca mejoría que se venía vislumbrando semanas atrás.

La fragilidad del cuadro bajo

Sin embargo, el común denominador en estos primeros cinco encuentros del campeonato es que, si bien se nota un equipo muy talentoso de medio campo para adelante, el sector defensivo no ha logrado mostrar la estabilidad deseada, e incluso se nota muy endeble por largos ratos de los partidos. Esto, sin lugar a duda, debe tener muy preocupado a Miguel Herrera y su cuerpo técnico, pues esta fragilidad no sólo ha provocado más de un coraje entre los aficionados al cuadro felino, sino que incluso podría llegar a costarles puntos muy valiosos en la lucha por un lugar en la liguilla.

Para muestra basta un botón: el encuentro frente a los cañoneros de Mazatlán parecía estar controlado y hasta se antojaba para una goleada de escándalo por parte del cuadro de Miguel Herrera, pues antes del minuto 25 ya se ganaba con autoridad al son de dos goles por cero y se veía más cercano el tercer gol de los universitarios que el descuento del cuadro sinaloense. Pero el inicio del segundo tiempo exhibió las falencias de la defensa regiomontana, pues en tan solo 20 minutos los mazatlecos lograron igualar el encuentro y, por un instante, parecía que lograrían salirse con la suya de llevarse un punto del Estadio Universitario.

Foto: Liga BBVA MX
Foto: Liga BBVA MX

Las posibles causas de la inestabilidad defensiva

El funcionamiento irregular de la zaga felina se debe a muchos factores, tanto al interior del equipo como al exterior. A continuación, enlistaremos aquellos que consideramos que han sido los más influyentes:

  • La falta de acoplamiento: los nuevos elementos que llegaron al equipo no han terminado por adaptarse todavía, ya sea porque su incorporación es muy reciente (como en el caso de Igor Lichnovsky), o bien, porque vienen de un torneo muy exigente en su club anterior y su pretemporada no fue la deseada, como en el caso de Jesús Ángulo, quien incluso tuvo que lidiar con un contagio de Covid-19 a inicios de año. Se espera que con el transcurrir de los partidos, ambos jugadores puedan convertirse en piezas clave para el esquema de Miguel Herrera, pero, por lo pronto, les ha costado acoplarse al plantel.
  • La salida de Carlos Salcedo: si bien el defensa tapatío no dejó el mejor sabor de boca entre los aficionados al cuadro regio (especialmente por su última actuación con el equipo, donde incluso anotó un autogol), lo cierto es que su partida se ha notado en los últimos tres partidos, pues no podemos negar que su presencia en el terreno era una referencia importante para sus demás compañeros del cuadro bajo felino.
  • La nueva posición de Guido Pizarro: ante la salida del “Titán”, Guido Pizarro ha tratado de convertirse en ese referente de la zaga, sobre todo porque no desconoce las labores defensivas (pues en más de una ocasión ha sido habilitado como líbero), pero indudablemente le ha costado trabajo este inicio de torneo. Una de las razones de esto puede ser que no ha terminado de adaptarse a las nuevas labores que le ha encomendado el “Piojo” Herrera dentro del campo, pues le ha pedido que juegue más atrás que de costumbre y, en esa zona del campo, no puede tener la misma soltura que en media cancha.
  • La desconcentración alrededor del medio tiempo: los Tigres de la UANL han concedido 5 de sus 8 goles recibidos en los 15 minutos finales de los primeros tiempos y los 20 minutos iniciales de los segundos tiempos. Pareciera que el equipo pierde la concentración cuando se acerca el silbatazo del medio tiempo o cuando se reinician las acciones en la parte complementaria, y los equipos que han enfrentado han sabido aprovechar esa situación (Santos y Mazatlán le anotaron goles de vestidor al arranque del segundo tiempo, mientras que Puebla logró aumentar su ventaja en la última jugada del primer tiempo). Si la escuadra felina quiere llegar lejos en el torneo, sin lugar a duda deberá mejorar en este aspecto, porque los llamados “goles psicológicos” suelen pesar mucho en las instancias finales.


Si bien el torneo aún es joven y quedan todavía dos tercios del campeonato, será importante que Miguel Herrera trabaje a fondo para corregir las fallas en su sector defensivo, pues se ha visto que esta fragilidad defensiva puede ocasionarle muchos dolores de cabeza.

Tan sólo basta recordar que, en los primeros tres cotejos del torneo, el cuadro universitario se fue abajo en el marcador y tuvo que remar contra corriente en todos ellos: contra Santos y Pumas, los goles en tiempo de compensación les ayudaron a rescatar el empate y la victoria de manera respectiva, pero contra el Puebla simplemente no hallaron la fórmula para perforar el buen parado defensivo de los camoteros, lo que les valió llevarse la derrota. Es cierto que la escuadra felina ha mejorado en este aspecto y ha logrado anotar antes que su rival en los dos últimos encuentros, pero en el partido contra Mazatlán también tuvo que reponerse después de verse alcanzado en el marcador al minuto 65.

Está claro que el equipo puede tener capacidad de respuesta, pero siempre será mejor no tener que sufrir de más, sobre todo cuando se dispone de una artillería letal como la de los Tigres.

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