Llegó ser el único conjunto argentino que se mantenía en la triple competencia en el segundo cuatrimestre del 2015. Sin embargo, terminó con las manos vacías: afuera en cuartos de Sudamericana ante Defensor Sporting en Uruguay, afuera en semis ante Lanús en San Juan y sin pelear el torneo desde mitad de año, con Boca Juniors, Rosario Central y San Lorenzo.

Lo positivo: el ingreso a la pre-liguilla sudamericana, donde quiere repetir lo conseguido en 2013. Con muchos jovenes que resurgieron de las inferiores para afianzarse en Primera, como el goleador Pampu González, los Mellizos se encargaron un equipo con pocos nombres propios, pero que murió en su esquema y se le plantó a todos así, saliendo por encima de la mitad de la tabla.

Quedó entre los cuatro mejores de la Copa Argentina, derrotando nada más ni nada menos que Independiente. En los clásicos, derrotó a Banfield de visitante, aunque cayó de local en la fecha 24. Contra los grandes, perdió con Boca, San Lorenzo y Racing, y pudo empatarle a Independiente y a River en el Monumental.

Con dos 5-1 en el torneo, ante Godoy Cruz en Mendoza con los recordados 4 goles de Lucas Melano, y ante Belgrano en la Fortaleza por Copa Sudamericana, Lanús sacó resultados importantes en el año, aunque los grandes logros no pudieron concretarse. Ahora, con el torneo local concluído, anhela clasificar a la copa continental del año próximo.

Balance del Torneo Julio Humberto Grondona

Difícil determinar un balance positivo o negativo para Lanús en un año que no trajo títulos, pero sí buenas ilusiones. Las bajas que tuvo el plantel al principio y mitad de año le jugaron plenamente en contra, sumado a la tragedio de Diego Barisone en junio, que sacudió al plantel aunque le dio un ánimo a la hora de jugar los partidos con la #15 en el pecho.

Se tuvo que recurrir a las categorías inferiores para tener algo más de peso en la división mayor, anesteciado por la carencia de nombres propios. Sin embargo, Guillermo sostuvo su postura de jugar como él quiere y se la arregló con muchos apellidos desconocidos.

En una lista de 30 equipos, el Lanús terminó 13º, perteneciendo a los de mitad de tabla para arriba: con 42 puntos, 24 menos que el campeón Boca Juniors, tuvo déficit en los empates (12), el número más elevado de las tres posibilidades de finalizar un encuentro. Festejó 10 victorias y sufrió 8 derrotas, con una balance similar en el rubro goles a favor y en contra: marcó 33 y le convirtieron 29.

Contradiciendo la lógica de jugar en casa, el Granate marcó más goles de visitante que de local: hizo 20 afuera e sólo 13 en la Fortaleza, aunque también le convirtieron más (10 en el Sur y 19 en condición de visitante). Sin embargo, la mayor cantidad de goles fuera de casa no le garantizaron más victorias: en Lanús ganó en 5 oportunidades, igual que las de visitante. Ni tampoco las derrotas: perdió cinco veces en su cancha y cayó tres veces fuera, donde sí se potenciaron los empates (7 contra 3).

En números, el balance suele ser mejor que peor; motivo por el cual Lanús terminó arriba de mitad de tabla. Resignado con el torneo local, por equipos como Boca, Rosario Central o San Lorenzo que se fueron con todo, apuntó todo a la Sudamericana y Copa Argentina, aunque también se quedó con las manos vacías. Así y todo, el consuelo para el Granate es la clasificación a la Liguilla pre-Sudamericana; donde el martes 24 chocará ante Newells.

Foto: Copa Argentina.

Análisis línea por línea

El 4-3-3 de los Mellizos no se movió para nada: pese a las altas y bajas, los pocos apellidos de renombre o la estrategia del equipo de al frente, Guillermo murió en la suya, siempre con un equipo vertical que iba a buscar el gol constantemente.

Pero esa idea obsesiva en ataque se equilibraba con un 5 de contención y una línea de 4 defensores que, pese a perder a Paolo Goltz el año pasado, mantuvo su potencia. Igualmente, la mayor pérdida que le costó suplantar al Granate estuvo bajo los tres palos, con la compra del Santos Laguna mexicano del arquero Agustín Marchesín, hoy una de las piezas de recambio para el Tata Martino en la Selección argentina.

La dirigencia movió fichas y trajo a Fernando Monetti, una de las revelaciones del campeonato pasado con Gimnasia de La Plata. Sin embargo, el ex Lobo no jugó como se lo esperaba: tuvo errores en las más fáciles y algunas pocas respuestas en las difíciles, manteniendo una irregularidad que no agradó al DT, que le terminó dando muchos minutos al juvenil Ibáñez.

En cuanto a la defensa, Lanús siempre salió de memoria: Velázquez y Ayala como laterales que pasaban constantemente al ataque y la zaga central integrada por Gustavo Gómez y Diego Braghieri, dos tanques duros de pasar que tenían como reemplazo a Facundo Monteseirín, una de las promesas argentinas en la defensa central que, de hecho, ya vistió la celeste y blanca en el Mundial Sub-20 de este año.

El mediocampo del róster del Granate es el ítem más completo, con jugadores de características variadas que fue rotando con el correr de los partidos aunque Guillermo, fiel a su esquema, tenía tres preferidos: Fritzler de volante de contención y Nicolás Aguirre y Román Martínez por las bandas jugando algo más libres, casi entrelazándose con los delanteros.

En muchos partidos, los volante y los extremos atacantes no llegaban a distinguirse, caso Miguel Almirón, Junior Benítez o Valdez Chamorro, que funcionaban de punta para un centrodelantero que circule en el área. Víctor Ayala, el lateral, también supo jugar en el mediocampo dándole algo más de verticalidad al equipo, encontraste a Gonzalo Castellani o Nicolás Pasquini, que solían ser más de equilibrio.

Tras la pérdida de Pochi Chávez, Santiago Ayala, Silvio Romero y, a mitad de año, de Lucas Melano, la ofensiva del Granate rebuscó mayormente en sus inferiores para nutrir a la Primera: la revelación fue Sergio “Pampu” González, que terminó con cuatro goles en el certamen. Sin embargo, por su historia, uno de los más queridos es el Laucha Acosta, ese que aparece en los momentos claves. Otras de las variantes que tuvo en el 2015 Guillermo en la delantera fueron Gonzalo Di Renzo (también de la cantera) y Denis Stracqualursi (devenido del Baniyas de Emiratos Árabes Unidos a mitad de año).​

El estratega

Guillermo Barros Schelotto ingenió su 2015 con lo que pudo y retuvo, pero siempre respetó su idea y esquema de 4-3-3. Ofensivo a capa y espada, se arregló con los jugadores que le quedaron, con un mercado de pases al inicio y otro intermedio que no le resultó beneficioso en cuanto a calidad, pero sí para la economía del club que vendió más de lo que trajo.

Bien arrancado el año, los Mellizos perdieron tres piezas claves en su ataque: los ex Boca, Cristian Chávez y Santiago Silva, que se volvieron a ir juntos a Arsenal de Sarandí y, la principal pérdida, la de Silvio Romero, el creador del juego Granate que emigró al fútbol mexicano (Chiapas). Además se quedó sin su equilibrista, Leandro Somoza, aunque la dirigencia movió rápido el avispero para traer a un viejo conocido de la casa como Matías Fritzler, que se sumó a otro refuerzo con experiencia con la camiseta, como Sebastián Leto, que sufriría una lesión en el cráneo a principio de temporada y su debut tardaría en llegar.

A todo esto, mercados anteriores Lanús había perdido su estructura defensiva con la ida del arquero de selección Agustín Marchersín, uno de los mejores defensores del país como Paolo Goltz y al Pulpo González, todos emigrados a México.

Pero no todas fueron bajas para el Granate, porque Alejandro Marón y la dirigencia cumplió todos los deseos de Guillermo y, además de los ya mencionados Fritzler y Leto, adquirió los servicios del portero Fernando Monetti, Nicolás Aguirre y Diego Barisone, quien una tragedia le quitó la vida en julio, siendo un golpe anímico para el plantel y toda la familia granate.

Pese a todas las contras y trabas que se cruzaron Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, nunca negociaron su idea de un equipo ofensivo, con tres delanteros, un mediocampista de contención, dos laterales que se suman al ataque y dos volantes de equilibrio por las bandas.

Las mejores incorporaciones llegarían con el mercado invernal, aunque el delantero Lucas Melano y el Marciano Ortiz se cambian al Portland Timbers de Estados Unidos e Independiente de Avellaneda, respectivamente, llegarían el talentoso Román Martínez, el centrocampista Gonzalo Castellani, el goleador (que cumplió poco) Denis Stracqualursi y el joven Miguel Almirón, de Cerro Porteño, que sería una de las piezas claves en la ofensiva para Guillermo.

En un equipo con mucha juventud e inexperiencia, el cuerpo técnico se las arregló para transmitirle esa idea de juego a los muchachos, que obedecieron la palabra de los Mellizos y cumplieron con lo que pudieron, convirtiendo al canterano Pampu González en un gran artillero, acompañado por Di Renzo y Almirón, o al arquero suplente Ibáñez como una buena alternativa bajo los tres palos.

Nombres propios y con peso hubo pocos, como Lautaro Acosta (de los más queridos del público), Matías Fritlzer, Sebastián Leto, el paraguayo Ayala y su extraordinaria pegada, Araujo y nadie más. Sin embargo, Guillermo se las ingenió y propuso su esquema por delante de las individualidades, lo que lo llevo hasta las semifinales de la Copa Argentina y a cuartos de final de la Copa Sudamericana, certamen al cual consiguió el pase a la Liguilla que le permitiría disputar la próxima temporada.

Foto: Infobae

Expectativas para el 2016

Los objetivos planteados para el 2015 no fueron alcanzadas en ningún orden. Por eso, para el año entrante, habrá una renovación importante en un plantel que no estuvo a la altura de los compromisos.

El primer refuerzo será cerrar la continuidad de Guillermo Barros Schelotto como entrenador granate. A partir de ahí, habra que armar el equipo. La continuidad del mellizo va de la mano con los objetivos que se planteen quienes asuman los cargos dirigenciales: si la idea no es pelear por títulos, el actual técnico no renovará su vínculo.

El cuerpo técnico del Granate es prendido, igual que lo fue años anteriores como con Independiente, por varios grandes del país. La salida de Diego Cocca en Racing y el incierto futuro de Arruabarrena en Boca (que aclaró que no seguirá en su cargo en caso de que Angelici deje de ser presidente del club), son algunas de las puertas que se le abrieron al DT, que sin embargo subrayó la posibilidad de quedarse en Lanús por su comodidad.

La depuración del plantel se llevará a aquellos nombres que no rindieron como se esperaba. Además, algún histórico podría abandonar el club (los laterales están en bajo la lupa).

En el rubro refuerzos aún no se mencionó ningún nombre. La idea del club es continuar con el proyecto que viene manteniendo: jugadores jóvenes con posibilidad de reventa. Sin embargo, debido al pobre rendimiento de este año, no sería descabellado pensar en inversiones importantes que renueven las expectativas de todo el pueblo granate.

Foto: Web