Que el fútbol español no atraviesa su mejor momento no es ningún secreto. Clubes arruinados por nefastas gestiones que utilizan históricas instituciones para lucrarse a costa del sentimiento de mucha gente y jugadores encerrados en vestuarios a lo largo y ancho de toda nuestra geografía por no poder satisfacer sus más básicas necesidades al permanecer meses y meses sin percibir un salario, por ínfimo que sea. Nuestro fútbol se está destruyendo por dentro, y los cimientos de ello, sus jugadores, poco tiempo pueden aguantar en esta tesitura. Es necesario, pues, que muchos de ellos tengan que buscarse su jornal lejos de su patria, como antaño hicieron sus compatriotas en época de vacas flacas.

Pero no todo es un camino de rosas, no todos los jugadores son David Silva, Santi Cazorla o Javi Martínez, a los que les llueven las ofertas desde un amplísimo abanico de países con suculentas cantidades económicas a recibir. De hecho, es todo lo contrario. Los jugadores que más sufren, que apenas pueden subsistir en sus clubes, no son profesionales en muchos de los casos y encuentran infinidad de dificultades a la hora de compaginar otro empleo, por simple que sea, con el mundo de la pelota y las redes.

Es ahí donde, desde hace unos años, se ha abierto un auténtico cielo para muchos de los futbolistas que pasan por esta situación. Un cielo llamado Grecia, un fútbol apasionado, alocado muchas veces, pasional y bien organizado. Los clubes del país helénico han visto en el talento el fútbol español algo más que un escaparate, y la crisis de nuestro deporte ha sido la chispa que ha encendido la mecha de un elevado número de llegadas españolas a los abarrotados estadios griegos.

Y es que el fútbol griego, en una prolongación de la realidad que vive el país, no atraviesa tampoco su mejor momento económico. De hecho, los números dicen que en los últimos años las cantidades destinadas a fichajes han sido disminuidas considerablemente en el país mediterráneo, y eso ha llevado a estrujarse la cabeza los directores deportivos amoldándose a unos presupuestos cada vez más estrictos. Y han dado en el clavo. La unanimidad entre jugadores españoles necesitados de ofertas y clubes con presupuestos cada vez más bajos han conformado un matrimonio perfecto que ya ha comenzado a dar sus frutos.

Aris Salónica, los pioneros

Uno de los históricos de Grecia, fundado en 1914 y con 3 Super Ligas en su haber, el Aris Salónica, comenzó a llamar la atención allá por 2007 cuando futbolistas españoles no punteros recalaban en sus filas sin cesar. Tras ascender a la 'Super Liga' en 2006, el club decidió poner su mira en España para obtener el talento que necesitaba, pero sin pagar excesivas cantidades de dinero, ausentes en aquella época. Lejos de contratar grandes figuras o talentos, los ojeadores del club helénico se fijaron en clubes de categorías inferiores, con futbolistas emergentes que tuvieran ganas de afrontar nuevos y motivadores retos. Algunos de los primeros futbolistas que recalaron allí fueron:

Sergio Contreras, ex del Málaga que llegó a Grecia procedente del Olympique de Marsella, donde no llegó a cuajar nunca; Toni Calvo, fichado por el Aris desde el Barcelona B, el catalán no regresó a España y está haciendo su carrera lejos de su país natal, jugando en equipos como Parma, Levski o Anorthosis; Jonan García, tras realizar una enorme campaña en el Castellón el vasco llegó a un Ciudad de Murcia que nunca le dio continuidad, fruto de esto, el Aris llamó a su puerta y no pudo negarse; Vitolo, uno de los futbolistas que llegaba con la experiencia de la Primera División española, fue uno de los puntales que cimentó el equipo; Javito, llegado desde el Barcelona B, permaneció 5 años en Salónica y se consagró como uno de los héroes de la afición, que luego volvería a España, firmando por el Deportivo pero regresando a la Grecia que le hizo triunfar, en las filas del Olympiakos; Felipe Sanchón, que después de realizar una gran temporada en el C.E. L'Hospitalet cogió las maletas para viajar a Grecia, donde solo estuvo un año, regresando al Girona en la próxima campaña.

A estos primeros nombres se sumaron los de César Ortiz, Juan Toja, Cristian y Álvaro Portilla, Oriol Lozano, Noé Acosta o Juanma Barrero. Futbolistas que pasaron del anonimato en España a convertirse en pilares de un equipo al que llevaron hasta fases finales de la Copa de la UEFA, llegando a eliminar al Real Zaragoza en una de las rondas previas. Con la sangre española, el Aris se volvió a consagrar en la élite y algunos de estos futbolistas dieron el salto que necesitaban en sus carreras gracias al club, que les sirvió como trampolín.

En la actualidad, el Aris cuenta con solo dos futbolistas españoles -con más renombre- como son Rubén Pulido y David Aganzo, aunque las metas de este año son eludir un descenso que parece cercano, y la época boyante del club en los últimos años parece extinta. Sea como fuere, la historia del Aris Salónica estará por siempre ligada a España y sus emergentes talentos, que no fueron pocos.

Olympiakos y Ernesto Valverde, el triunfo español en Grecia

El primer caso de emigración sumada al éxito se puede considerar el de Ernesto Valverde. Avalado por una gran campaña en el Espanyol, alcanzando la final de la Copa de la UEFA en 2008, en la temporada siguiente recaló en el banquillo del histórico campeón griego Olympiakos. Un club con una afición frenética, que llena estadios, exigente, y, en una minoría, violenta y conflictiva. No era precisamente el más sencillo de los retos, pero el preparador español lo afrontó con una motivación superlativa y con ganas de cuajarse un nombre en Europa. Para conseguirlo, contó con sangre española desde sus inicios, así, Raúl Bravo y Óscar González compartieron causa con el técnico extremeño.

Después de una brillante temporada llena de éxitos y alegrías, Ernesto 'Txingurri' Valverde, acabó levantando la Super Liga y la Copa de Grecia y se erigió en uno de los ídolos de la ferviente afición de El Pireo. Además de dar continuidad a la supremacía del club en Grecia, Valverde supo hacer que el equipo jugara a lo que él quería, que además de ganar, divirtiera, que se convirtiera en un referente aún mayor en todo el país. Y así fue. Y gustó en Grecia y gustó en el seno de Olympiakos, que no ha dejado de confiar en el talento español desde entonces.

Después de aquel año, Valverde volvió a España como entrenador del Villarreal, pero las cosas no fueron como las esperaba y tras unas jornadas abandonó El Madrigal. Tras mantenerse ese año lejos de los banquillos, en la campaña siguiente volvió a recibir la llamada de un Olympiakos que, cinco años después y tras la marcha de Ernesto, había vuelto a perder la Super Liga. Como un auténtico héroe, Ernesto Valverde se volvió a sentar en el único banquillo que le había visto levantar títulos y, nuevamente, quiso contar con sangre española para su nueva misión.

Albert Riera, Moisés Hurtado y David Fuster, antiguos futbolistas a las órdenes de Ernesto en Espanyol y Villarreal, se sumaron a Raúl Bravo y Urko Pardo para conformar una plantilla con cinco españoles y el reto de reconquistar la liga por delante. Gracias a unos números espectaculares de los españoles -especialmente de Riera y Fuster- Olympiakos volvió a arrasar con Ernesto Valverde al frente, y conquistó la liga de forma aplastante, con 13 puntos de ventaja sobre el segundo clasificado, Panathinaikos.

En la campaña siguiente, aún con el 'Txingurri' en el banquillo, el conjunto de El Pireo, visto el éxito de la temporada anterior, volvió a confiar en jugadores españoles para su proyecto y Javito, Marcano, Orbaiz y Yeste se enrolaron en las filas del club. El Olympiakos reeditó el título conseguido la anterior campaña, volviendo a dejar al Panathinaikos a una enorme cantidad de puntos en la tabla. Y no solo eso, también volvió a proclamarse campeón de la Copa de Grecia, venciendo al Atromitos con un gol de David Fuster en el último minuto de la prórroga.

Dicen que hay que saber retirarse a tiempo, y tras tres ligas y dos copas, Valverde abandonó la nave griega, donde sigue siendo un héroe. No cabe duda que el talento español ha triunfado en el Olympiakos, y así permanecerá grabado en una página de su historia.

Esta temporada el club ha vuelto a revalidar el título también con un entrenador español en el banquillo, José Miguel González 'Míchel'. El preparador madrileño tomó las riendas del equipo el 4 de febrero, y lo consagró campeón poco después, faltando 5 jornadas para acabar el campeonato. El grueso de futbolistas españoles se marchó, pero David Fuster, uno de los ídolos de la afición, todavía continúa en el equipo más laureado de Grecia.

Super Liga, 24 españoles en 11 equipos

Pese a los históricos triunfos en Aris y Olympiakos, el periplo de nuestros jugadores no acaba ahí, y es que por todos los estadios de la geografía griega se oye hablar español. Un total de 24 futbolistas y un entrenador son los que defienden 11 camisetas distintas en la Super Liga griega, la primera división del país. El equipo que cuenta con más españoles -un total de seis- es el Asteras Trípolis, un conjunto con una historia curiosa y es que ascendió a la Super Liga por primera vez, hace tan solo seis años, en los cuales ha ido creciendo vertiginosamente a la misma velocidad que futbolistas hispanos han ido recalando en el equipo.

Los primeros en llegar fueron Daniel Orozco y Rubén Pulido en la temporada 2010/11 en la consolidación del equipo en la Super Liga. La campaña siguiente, con un proyecto más ambicioso, la directiva del club confió en el mercado español para conseguirlo, llegando a contratar a siete futbolistas españoles -Jacobo, Rayo, Usero, Juli, Juanito, Sesma y Ximo Navarro- y un entrenador, Óscar Fernández, que se sumaban a Rubén Pulido. Esa temporada hicieron historia llegando a clasificarse para la UEFA Europa League. En la actual, el equipo se ha puesto miras más altas y pelea por el subcampeonato de liga y los puestos de Liga de Campeones, además de seguir en semifinales de Copa, contando aún con cinco futbolistas nacidos en España.

También destaca un histórico como el Panathinaikos, que cuenta con tres españoles en sus filas -Toché, Vitolo y Esparza-, dos de los cuales llegaron a debutar esta temporada en la previa de UEFA Champions League ante el Málaga C.F. En el banquillo de ese mismo equipo se sentó durante tres meses el entrenador gallego Fabri González, que recibió la sorprendente llamada del equipo griego después de unos meses horribles en el Racing de Santander. El 31 de marzo, Fabri acusó en rueda de prensa a varios jugadores de no merecer la camiseta del Panathinaikos, lo que significó su despido automático.

El resto de equipos que cuentan con futbolistas españoles son: PAOK, Levadiakos, AEK Atenas, Kerkyra, Atromitos PAE Veria y Platanias. Nombres como Callejón y Josemi (Levadiakos), Jacobo (PAOK), Cordero (AEK Atenas) o Manolo Reina (Atromitos) pueden sonar al aficionado por el tiempo que permanecieron en el fútbol español al máximo nivel; pero la realidad es que la mayoría de futbolistas que allí militan como Noé Acosta (Levadiakos), Cristian Castells y Aguilera (Platanias) o Jonathan López, Guillermo Pérez y Carlinos (PAE Veria) apenas son reconocidos en España, y es que muchos de ellos no llegaron incluso ni a debutar en la LFP. De hecho, algunos de los futbolistas fueron fichados directamente de los filiales de equipos como Rayo Vallecano, Barcelona o Sporting de Gijón.

La fiebre española llega hasta la Segunda División

Llegados al punto en el que el fútbol español es sinónimo de éxito en la Super Liga, las competición inmediatamente inferior ha querido tomar ejemplo y seguir con la oleada española. Un total de 13 futbolistas repartidos en 6 equipos diferentes, militan en la Beta Ethniki, nombre con el que es conocida la segunda división. Como es lógico, el nivel de la competición es inferior al de la Super Liga y al de los campeonatos españoles, por lo que los jugadores que allí emigran son de un perfil más bajo que sus homólogos de una categoría superior. En este caso, la riqueza y el éxito a nivel europeo no son las principales bazas de los equipos que contratan españoles que buscan en Grecia una salida profesional a la labor que desempeñan, el fútbol.

Destacan por encima de todos los casos de Dani (Pierikos) y Tuni (Iraklis) que suman más de 200 partidos en la Primera División española entre los dos. Su tesitura es especial, y es que tras una carrera de más de diez años en la élite, han decidido bajar una marcha, hacer las maletas y salir por primera vez de España rumbo a un territorio idílico como es Grecia, también para la práctica del fútbol. El resto de futbolistas y equipos que conforman la expedición española son: Añete y José Roca (Olympiakos Volos), Neira, Toni González y Mara (Kallonis), Pulga y Pedro Barrancos (Iraklis Psachna), Villarejo (Kallithea), Alberto López (Pierikos), Isaac Jové y Dani López (Irakllis). Muchos de estos jugadores apenas han disputado algún minuto como profesionales en España y sus carreras se han desarrollado mayoritariamente en la Segunda División B.

El caso más extremo es el de Michael Díaz González, un joven canterano del Racing de Santander y de tan solo 21 años, que decidió iniciar su trayectoria futbolística en el Rouvas de la Gamma Ethniki, la tercera división del país y equivalente a la Segunda División B española. Una apuesta arriesgada pero cada vez más rentable, y es que los cimientos para una futura emigración masiva a Grecia ya están bien soldados. El éxito ya ha llegado a aquellos que decidieron tomar la iniciativa y asentar su carrera en los Balcanes, quizá el próximo paso sea la nacionalización de un español en la selección nacional de Grecia. Quién sabe... el tiempo dirá.

Fotografía 1 --> Javito en la celebración de su gol ante el Atlético de Madrid en UEFA Europa League. || AP

Fotografía 2 --> David Fuster levantando la Copa de Grecia en 2011 que él mismo había conseguido con un gol en el último instante de la prórroga. || LP

Fotografía 3 --> Rayo y Ximo Navarro celebrando un gol con el Asteras Trípolis. || FootballHellas.com

Fotografía 4 --> Dani pugnando el balón en un partido con el Pierikos. || GreekFootbal.gr