No es de lo más común encontrarse en el mes de enero con una plantilla que aún no ha conseguido entrar en dinámica, en la que muchos de sus integrantes aspiran a salir lo antes posible del club. Pues esta es la situación que se encontró el Real Murcia el primer día del mercado invernal. Una ventana en la que estaban previstas varias llegadas para reforzar sobre todo el centro del campo, pero para sorpresa de todos, más de media docena de futbolistas estaban esperando este momento para desvincularse con la entidad.
Poco compromiso y menos responsabilidad
El abandonar un equipo en mitad de temporada no siempre es síntoma de que el equipo no funcione o que los resultados no salgan tal y como estaban previstos. Sin embargo, en el Real Murcia se produjo una situación extraña que aún cuesta entender a muchos aficionados. Hasta 8 futbolistas decidieron abandonar la plantilla en la ventana invernal. Hechos a los que muchos clubes a nivel mundial no están acostumbrados a ver. En todo caso, la salida masiva de jugadores suele producirse en el mercado estival, con la temporada ya finalizada y con los objetivos ya cumplidos o por lo menos luchados.
En cambio, en el Real Murcia los futbolistas parecían huir despavoridos a pesar de no haber completado ni siquiera la mitad de temporada. Un caso único donde futbolistas de gran tallaje y con mucho nivel como Rodri Ríos o Iker Guarrotxena decidían poner fin a su etapa con el Real Murcia por motivos supuestamente personales.
Caras nuevas, mismo objetivo
Con las salidas ya completadas y los huecos aún por rellenar, Javier Recio activaba la operación "mercado invernal" para tratar de ajustar el equipo de la mejor manera y completar esos huecos tan codiciados por muchos en la plantilla. En total han sido 6 las incorporaciones que llegan al club granota para luchar por el objetivo principal e inamovible, la vuelta al fútbol profesional.
Las primeras caras nuevas asomaban por ambos laterales. Enol Coto, procedente del filial del Sporting de Gijón donde ya ha debutado en segunda división a pesar de disputar la mayoría de sus partidos con el equipo "B". Juanmi Carrión llegaba al costado izquierdo para disputarse el puesto con Marc Baró, otro de los fichajes del pasado verano que parece estar consiguiendo la unión que ansiaba con la afición desde hace ya un par de meses.
Poco más tarde aparecían varias incorporaciones en el medio del campo como Martin Svidersky, futbolista procedente del Almería que pasó por las inferiores del Manchester United con muchísima categoría y admirable clase. Otro de los nombres estrellas es Sabit, centrocampista defensivo llegado desde Lugo, cedido por el Getafe. En él se destaca su gran envergadura, su prominente físico y su gran capacidad de movimiento a pesar de su tamaño.
Para cerrar el mercado llegaban dos jugadores de ataque para intentar cubrir de alguna manera la lesión de Carlos Rojas en el costado diestro y la salida de varios delanteros del equipo en la primera vuelta. El primero de ellos fue Loren Burón, futbolista que ya vistió la camiseta del Real Murcia la pasada temporada, donde fue asombrosamente querido por la parroquia murcianista. Su operación no fue demasiado complicada ya que a pesar de la diferencia económica que existía entre el Antequera y el Real Murcia, el futbolista quería volver a casa. A él se le acabaría sumando Amin Abaradan, un delantero que militaba en Segunda RFEF en las filas del Ourense y que gracias a su nivel goleador y su capacidad para crear ocasiones de peligro acabó recalando en el equipo de la capital murciana.
Sin duda alguna este mercado de fichajes será recordado en la ciudad de Murcia como uno de los más locos y extravagantes de los últimos años. Aunque quizá, y solo quizá, la desilusión que todos los murcianistas albergaban en sus corazones tras la desastrosa primera vuelta que el equipo había realizado, podría verse recompensada por el juego de las nuevas jóvenes incorporaciones que llegan para defender el escudo como no lo supieron hacer quienes la vestían no hace tanto tiempo.