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Ojo de Gato: los secretos para ser portero suplente

Lo peor de ser un portero suplente en la NHL no es servir como piñata en los entrenamientos para los mejores tiradores del planeta, ni jugar poco, si no lo que te pasa en la cabeza, y se vuelve peor cuanto menos juegas.

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Ojo de Gato: Los secretos para ser portero suplente | VAVEL.com
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Por Luis Carballo

“Lo más complicado para mí es ser capaz de jugar bien incluso sabiendo que no has jugado durante una o dos semanas”, comenta Philipp Grubauer, guardameta de los Washington Capitals, que tan solo jugó 16 partidos en 2015-16 y 19 en 2016-17, siempre a la sombra del gran Braden Holtby. “Siempre juegas muchos partidos contra equipos menores o en crecimiento, y luego, de repente, no juegas durante semanas.”

Parte del desafío es saber que tendrás que sentarte tras cualquier fallo durante un largo periodo. “Es un cambio de mentalidad”, explica Cam Ward, que ha disputado 22 encuentros esta temporada con los Carolina Hurricanes como portero suplente. Es la primera vez que juega este papel en la franquicia después de 11 cursos seguidos saliendo como nº1. Esta vez es Scott Darling quien ocupa el puesto. “La parte más dura es saber que tienes un partido 'normalito' y tienes que sentarte y esperar hasta la próxima titularidad, cuando en el pasado sabías que ibas a poder estar de vuelta uno o dos días después.”

¿Entonces, cuáles son las claves para prosperar en el rol de suplente?

Como muchas otras cosas en la posición de portero, depende mucho de cada uno. Algunos entrenadores de porteros creen que es más relativo a la técnica de juego. Esto es, si un guardameta en cuestión tiene un estilo más lento, véase Carey Price o Roberto Luongo, si tienes menos juego de caderas y movimiento. Esas tendencias sobresalen más en el ritmo de juego y los tiempos, difíciles de mantener durante un partido con parones de actividad prolongados, y más complicado aún de simular en un calentamiento.

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El suplente de los St. Louis Blues, Carter Hutton no cree en los cambios de ritmo como excusa, sino la determinación mental. “Todo el mundo dice que, cuanto más juegues, pillas mejor el ritmo, pero yo no creo en eso del todo.” Hutton promedia 22 partidos disputados por temporada en los cuatro años que lleva en la NHL. Este curso tiene un 93,7% de paradas en ocho encuentros, seis de ellos como titular, ayudando en cierta medida a que la franquicia ocupe el segundo puesto de la Conferencia Oeste.

“Tenemos mucho tiempo para entrenar, pero venimos de esta escuela de pensar que necesitas jugar mucho para coger el ritmo”, prosigue Hutton. “Creo que puedes conseguirlo con tu forma de entrenar y prepararte. Tu cabeza controla mucho de eso, la forma en que pensamos y nos preparamos. ¿Nos preparamos para triunfar o para perder? Creo que muchos porteros dentro de los partidos piensan <>. Es todo mental.”

“Para mí, ver los pucks lo es todo”, expone Hutton. “Es lo más importante: te enfrentas a muchos buenos tiros en los entrenamientos, pero en los partidos los jugadores no tiran más fuerte. Es solo que todo lo que pasa alrededor del tiro se mueve más rápido, por lo que tus ojos tienen que ver las cosas antes, por encima de todo el tráfico que tienes delante. Es por ello que intento ver muchos tiros en las prácticas. Hago muchos one-timers, lo más común de recibir en un encuentro, y ya fuera de pista realizo diversos ejercicios de vista para mantenerme en forma.”

Los entrenamientos de la NHL no suelen ser un ambiente ideal para los porteros Los entrenamientos de la NHL no suelen ser un ambiente ideal para los porteros, especialmente cuando hay muchas jugadas en las que no cuentan con una defensa que les ayude. Los jugadores se toman su tiempo para tirar buscando huecos, segundos de más que, seguramente, durante un partido, no consiga tener en toda la temporada.

Como resultado, los porteros están tentados a salir y desafiar a los tiradores más de lo que lo harían en un encuentro, o para engañar en la opción de pase, cuando esté disponible, durante los ejercicios.

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El ex portero Jason LaBarbera dijo una vez que, durante los entrenamientos, solía engañar en las jugadas, consiguiendo así que sus entrenadores (excepto los de portero) vieran la gran cantidad de paradas que hacía y se sintieran seguros al ponerle como titular en los partidos. Usar estos métodos de engaño puede dañar a tu juego si los usas muy a menudo.

“Yo arriesgaría más que lo que quizás hiciera en un partido, pero simplemente tienes que recordarte a ti mismo que eso no es lo que harías en una situación normal”, opina Kari Lehtonen, que disputa su primera temporada como suplente en los Dallas Stars después de siete años como titular. “Tienes que recordarte a ti mismo el no levantar una pierna en el aire o usar un estilo que sabes que funciona, y eso es difícil a veces.”

Los porteros reserva se apoyan en sus entrenadores de porteros para que les ayuden en adquirir habilidades para mantenerse bien técnicamente. Si bien es importante aprender patrones de movimiento comunes, Hutton dice que esas habilidades no deberían ser siempre predecibles.

“Jugamos en este vacío con los entrenadores de porteros, este mundo perfecto donde este tío está ahí y va a disparar tiros rasos, y después llegas a los partidos y es una melé”, explica el guardameta de St. Louis. “A veces necesitas comprometerte contigo mismo, luchar y competir.”