Lautaro Martínez y Alexis Sánchez le dieron el triunfo a Inter en su presentación frente a Torino. El encuentro estaba igualado 1 a 1 pero el ex delantero de River, con su talento interminable, le envió un centro de oro al ex goleador de Racing, quien con un cabezazo convirtió con suspenso el 2 a 1 final. Una jugada bien clásica en donde dos atacantes de diferentes características se unieron y construyeron una victoria para no dejar de soñar con un nuevo scudetto.
Un párrafo aparte también para el delantero de la Selección Argentina, ya que volvió aparecer en escena al entender que el ex futbolista de Udinese y Barcelona, con el ingenio y la habilidad vigentes, le iba a servir un balón decisivo para definir el pleito. Los goleadores pueden tener una tarde negra donde los remates se van afuera o son atajados por el guardameta pero cuando advierten que su compañero más audaz puede armar el pase impredecible, se llenan de coraje para ganarles a sus marcas y enviar la pelota a los fondos de la red.
En el estadio Olímpico Grande Torino, sucedió eso en la primera parte. Lautaro Martínez con su búsqueda inquebrantable era el faro en el ataque pero no podía darle la precisión justa a sus disparos. Increíblemente, el local en una jugada aislada pudo abrir el marcador. Sin embargo, las riendas del partido las tuvo siempre el conjunto milanés, quien en el complemento avisó que podía ponerse en ventaja. Por una falta de Armando Izzo al atacante del seleccionado albiceleste en la puerta del área, Romelu Lukaku a través de un penal encontró la llave del triunfo.
La formación conducida por Antonio Conte generó una buena posibilidad de riesgo para quedarse más tranquila pero más tarde sufrió una dura respuesta. El equipo orientado por Davide Nicola sacó provecho del nerviosismo visitante y Antonio Sanabria anotó el 1 a 1 sorpresivo. No obstante, Inter guardó sus mejores fichas y esa apuesta fue un acierto por la magia de Alexis Sánchez, más la astucia de Lautaro Martínez. Con esta clase de futbolistas, la cima de la Serie A está bien custodiada, más allá de que los escoltas, Milán y Juventus, estén lejos.