Deportivo Cali, a través de la historia, ha sido reconocido a nivel local como a nivel internacional, como uno de los equipos de fútbol que aporta de manera positiva a la historia de este deporte. A lo largo de su trayectoria se ha caracterizado por la promoción de excelentes jugadores en todas sus posiciones, siendo estos protagonistas indiscutibles en todas las categorías de las selecciones regionales y nacionales.

Las divisiones menores se caracterizan por su impronta de calidad y exquisitez en el trato de la pelota, manejando un estilo que ha logrado mantener casi todo el tiempo y lo ha llevado a alcanzar grandes hazañas futbolísticas. Lo anterior se ha visto reflejado en el reconocimiento nacional. Al haber sido campeón nueve oportunidades y el tener el no deshonroso mérito de haber llegado a los umbrales del subcampeonato en 14 oportunidades del fútbol colombiano. Mención especial merece al reconocer que fue esta institución la primera en llegar a los más altos peldaños en el campeonato de clubes más importante de América: semifinal de 1977 y final en 1978 frente a Boca Junior de Argentina.

De manera inédita en estos logros aparece el reconocimiento a su estructura y gestión administrativa y deportiva, que lo han puesto a la vanguardia de Colombia al ser el único equipo de fútbol con estadio propio. Todo lo anterior ha sido producto de que el Deportivo Cali ha sido un equipo de sus hinchas y para sus hinchas.

En esta oportunidad recordaremos la victoria del Deportivo Cali en Argentina en el año de 1981 enfrentando al River Plate, una de las que hasta ahora es reconocida como de las primeras grandes victorias de un club de fútbol colombiano a nivel internacional.

Transcurría en el año de 1981 la versión número XXI de la Copa Libertadores de América con los equipos campeones y subcampeones de cada país en Sudamérica. El grupo A, en el cual se encontraba el cuadro azucarero lo complementaba Junior de Barranquilla, Rosario Central y River Plate de Argentina. Cuatro equipos para un solo cupo para la siguiente fase.

El equipo que en el papel era considerado favorito para ganar el grupo A sin lugar a dudas era River Plate, el cual tenía en sus filas a jugadores campeones de la Copa Mundo de Fútbol del año 1978 como el arquero Ubaldo El Pato Fillol; los defensas Alberto Tarantini y Daniel Passarella (capitán de River y de la Selección Argentina); el mediocampista Américo El Tolo Gallego; y en la delantera con Mario El matador Kempes, Oscar Ortiz y René Houseman. Un equipo que daba miedo. Pero que además se complementaba con jugadores que fueron múltiples campeones con el equipo de la banda cruzada como lo fueron Pablo Comelles, José Pavoni, Emilio Commisso, Norberto El Beto Alonso, Reinaldo El Mostaza Merlo, Juan López y Ramon El Pelado Diaz. Además, era dirigido por nada más y nada menos que por Ángel Labruna, uno de los grandes ídolos del club argentino. Un equipo armado para ganar.

Por el lado del equipo azucarero de la ciudad de Cali, se encontraban varios jugadores finalistas de la Copa Libertadores de América del año 1978, en el arco Pedro Antonio Zape uno de los grandes de Colombia en esta posición; en la defensa con Fernando el pecoso Castro, ídolo de la institución verdiblanca y Rafael la tortuga Otero; en el ataque, se encontraba el siempre peligroso Alberto el tigre Benítez, figura e ídolo de la institución. A su vez, este equipo lo complementaron Astolfo Romero, Moisés Pachón, Horacio Capiello, César Arce Valverde, Ernesto El Cococho Alvarez, el habilidoso y más destacado Willington Ortiz, Ricardo Ruíz Moreno, Hernando Correa, Félix Quiñonez. El director técnico del equipo era el argentino Edilberto Righi, quien ya había tenido un paso por la institución como arquero.

Era la noche del martes 21 de abril y el Deportivo Cali jugaría su partido número cinco de la fase de grupos. Esa noche iba ser inolvidable para la fanaticada azucarera. Se enfrentaba el Deportivo Cali contra el River Plate en el mítico Estadio Antonio Vespucio Liberti, más conocido como el Monumental de Nuñez, de la ciudad de Buenos Aires Argentina.

El partido iniciaba y el equipo argentino arrollaba al cuadro azucarero desde el arranque, no era para menos, debían ganar ese partido para continuar peleando por la lucha del único cupo para la siguiente ronda del torneo. Pero, si el equipo colombiano ganaba, eliminaba a los argentinos y automáticamente avanzaba a la siguiente ronda.

Al minuto seis del primer tiempo se abría el marcador, remate del delantero Mario Kempes después de bajarla con el pecho y el arquero caleño no pudo impedir que el balón ingresara al arco. River Plate 1, Deportivo Cali 0. Parecía que la noche se pintaba de gloria para los argentinos y el marcador iba ser abultado.

El partido continuaba y el equipo de la ciudad de Cali lucía desconcertado. Mientras que los dirigidos por Labruna animados con el primer gol y los cánticos desde la tribuna veían de cerca la victoria y arremetían por el segundo gol. Los dirigidos por Edilberto Righi intentaban atacar con jugadas individuales del delantero Willington Ortíz, pero que la zaga comandada por Alberto Tarantini y Daniel Passarella controlaban.

Parecía que el primer tiempo terminaría a favor del equipo de la banda cruzada, pero en una de esas jugadas individuales del hábil delantero tumaqueño Willington Ortíz, que logra habilitar con un pase a su compañero Alberto el tigre Benitez quien ya se perfilaba para rematar al arco defendido por el pato Fillol, fue derribado dentro del área y el árbitro peruano Edison Pérez sancionó penal. El encargado de cobrar fue el argentino Horacio Capiello, quien remata al palo de la mano derecha de Fillol, e iguala el marcador. De esta manera terminaba el primer tiempo.

El empate tranquilizó un poco a los jugadores del Deportivo Cali, que para ese momento sabían que el segundo tiempo iba ser un juego más de inteligencia y de carácter sí querían salir vencedores del Monumental de Nuñez.

Inició el segundo tiempo como se esperaba, un equipo obligado a ganar y que más que nunca sabía que debía recurrir a su experiencia ganadora y tratar de llevarle el balón al jugador clave en el ataque argentino, el Matador Kempes. Mientras que el Deportivo Cali nuevamente debía aguantar la arremetida de los primeros minutos y encontrar los espacios que dejaría el conjunto argentino en medio de su ataque desenfrenado, para lograr habilitar a los atacantes quienes deberían ser eficaces.

Y así fue. Después de un ataque del equipo River Plate el balón fue recuperado por el Deportivo Cali y con un pase frontal, largo y al vacío al delantero Willington Ortíz, quien corrió desde su propio campo, y haciendo uso de toda su fuerza, potencia y habilidad en una misma jugada, primero logró proteger el balón del capitán de River y de la selección argentina, Daniel Pasarella, quien en su afán de recuperar el balón intentaba sujetar de la camiseta a Ortíz, pero su intento fue inútil y quedó tirado en el césped y viendo como Ortíz continuaba acercándose al arco del Pato Fillol, quien sería su segundo obstáculo. Fillol, uno de los mejores arqueros del momento, salió casi hasta el borde del área para proteger su pórtico, pero la seguridad, tranquilidad y la habilidad de Ortiz, quien tenía el arco entre ceja y ceja superaba esta segunda barrera con un enganche hacia el costado izquierdo, dejando atrás al arquero que nada más le quedaba mirar como un tercer y último intento de defender el arco de su equipo era en vano, pues el segundo zaguero central Alberto Tarantini que llegaba a la jugada con mucha velocidad y lanzándose con una plancha peligrosa, que donde agarre la pierna de Willington lo 'partía', de la que afortunadamente Ortiz logró salir ileso, y logró lanzar el balón al arco convirtiendo el segundo tanto del Deportivo Cali. Con este resultado terminaría el partido.

Foto: Elcincocero
Foto: Elcincocero

Willington Ortiz, cada vez que fue consultado por su gol convertido en la noche del 21 de abril de 1981 a River Plate en Argentina, siempre respondió igual, pues lo bautizó como 'el gol de mi vida'. Y no era para menos, con ese gol se le ganaba el segundo partido a River Plate en el mismo grupo y con el mismo marcador final 2 a 1, obtenido en el estadio Pascual Guerrero de Cali en el que el viejo Willy también fue protagonista con un gol de igual factura. Fue la segunda victoria contra el grande River Plate de Argentina, el favorito de todos, el equipo que tenía a la mitad de la selección campeona del mundo en 1978 y que era la base de la selección que participaría en el mundial de 1982. Y, por si fuera poco, los argentinos eran eliminados en su propia cancha. Por todas estas razones, esta victoria del Deportivo Cali es y será sin lugar a dudas una victoria para recordar siempre.