Corría el verano del año 2007. José Andrés Guardado Hernández (1986, Guadalajara, México) disputaba en Venezuela la Copa América, en la que la 'Tricolor' llegó hasta las semifinales y el propio jugador dejó un gol contra Uruguay para el recuerdo como inmejorable carta de presentación en el partido por el tercer puesto. Mientras tanto, su nombre resaltaba en las agendas de varios clubes europeos, entre ellos el PSV Eindhoven (club en el que milita actualmente) donde ya daban por hecho su fichaje la madrugada del nueve de julio. Pero los holandeses no contaban con las artes negociadoras del por entonces presidente blanquiazul Augusto César Lendoiro, que dedicó esa noche entera a cambiar el signo de las negociaciones con el Atlas de Guadalajara (club del que posteriormente terminaría llegando también Colotto) y a cerrar el trato en una cifra cercana a los siete millones de euros. Como el propio Lendoiro manifestó en alguna ocasión: "En el PSV se acostaron con Guardado más o menos atado y cuando se despertaron era jugador del Deportivo de La Coruña".
El fichaje de Guardado generó mucha ilusión en una afición blanquiazul que se iba despertando del sueño vivido años atrás, olvidando los laureles y las glorias de tiempos pasados. Generó tal expectación que más de 4.000 fieles acudieron a la presentación del mexicano en el Estadio de Riazor. Una zurda potente, mucho criterio con el balón en los pies y dotado de una gran velocidad, éstos eran los grandes valores que prometía Guardado en el Dépor de Miguel Ángel Lotina, que debutaba en el banquillo coruñés. Guardado comenzó bien la temporada. Tan sólo tres jornadas tardó el mexicano en inaugurar su cuenta goleadora. Fue en Riazor, contra el Real Betis y fruto de un remate acrobático. Arrancaba fuerte la andadura de Guardado en el Dépor.
No obstante, la primera vuelta de aquella campaña fue para olvidar. El equipo la terminó colista y transmitiendo muy malas sensaciones, pero la segunda vuelta lo cambió todo drásticamente y el equipo acabó por colarse en competición europea, donde Guardado volvió a erigirse como una de las principales armas del equipo junto a Ángel Lafita y Joan Verdú. Guardado fue un pilar en el RC Deportivo siempre que las lesiones se lo permitieron (fueron especialmente duras en su primera campaña como blanquiazul), pero cuando realmente adquirió un papel de absoluto protagonista fue cuando se consumó el descenso a Segunda División.
Descenso del Depor, 'ascenso' de Guardado
En el año 2011 se consuma el drama del descenso del club blanquiazul y el presidente, Augusto César Lendoiro, se encuentra ante todo un dilema. Jugadores clave como Guardado o Colotto tenían un año más de contrato y el de Corcubión tenía que decidir si se llevaba al 'infierno de Segunda a sus principales valores o intentaba obtener rendimiento económico a sus traspasos para sanear las maltrechas arcas del club. Finalmente ambos jugadores se quedaron en Riazor, erigiéndose como figuras principales del Dépor de los éxitos dirigido desde el banquillo por José Luis Oltra. Esa temporada Guardado sobrepasó los 3.000 minutos jugados y llegó a la cifra de 11 goles y 12 asistencias, cifras de un jugador clave en el logro del ascenso, con récord de puntos incluido.
Andrés Guardado abandonó la disciplina blanquiazul con la carta de libertad bajo el brazo el 30 de junio del año 2012, con la conciencia tranquila por dejar al equipo donde lo cogió (Primera División) y con el reconocimiento de una afición blanquiazul que vio en el azteca a un líder al que costará olvidar por mucho que pasen los años en Riazor. Cuando Andrés Guardado abandonó el Depor firmó por el Valencia CF, donde pasó a jugar en una posición más retrasada en muchas ocasiones pero sin conseguir ser el jugador que encandiló a la directiva 'ché' y, tras salir cedido al Bayer Leverkusen, terminó siendo traspasado al PSV Eindhoven, club al que se le escapó su fichaje en 2007 y donde ha madurado definitivamente como futbolista, llegando a estar entre los 50 jugadores nominados para el Balón de Oro de la FIFA en el año 2015.