Japón se mete en la lucha por las medallas gracias a un triple a falta de 17 segundos para la conclusión del  partido en el Saitama Super Arena en un duele ante una Bélgica que partía con ventaja teniendo en cuenta sus anteriores partidos que acabó sucumbiendo ante el juego de las locales por un apretadísimo 86-85. El conjunto nipón entra en semifinales donde se enfrentará al vencedor del duelo entre España y Francia de esta tarde.

El duelo fue un constante ir y venir entre las dos selecciones que más se preocupan por atacar. Y en todo ese caos se manejó mejor la selección local. Dos tiros libres de Julie Allemand a apenas 37 segundos parecían decantar la balanza 83-85 para las europeas, aunque en la última jugada del partido Japón buscó a Maki Takada, la mejor del partido con 19 puntos y cuatro rebotes. Machida le ofreció el esférico a Hayashi que anotó de tres a 15 segundos para la conclusión del partido. Una canasta que resultó definitiva tras el fallo in extremis de Kim Mestdagh al sonar la bocina, enloqueciendo a las locales.

Japón se vio desde el inicio del duelo muy seria, como lleva haciendo desde el inicio del campeonato, en el que debutó derrotando a Francia por 4 y ganando de 19 a una selección física como la de Nigeria, asegurándose pasar como segunda de grupo.

Con un gran acierto desde la línea de tres en el minuto ocho ya tuvo una ventaja mínima gracias a Takada. Aunque Bélgica también estaría afinada de tres, con 11 de 23 tiros convertidos aunque no valieron los meritorios 25 puntos y once rebotes de Meesseman ni los 24 puntos y 7 recuperaciones de Mestdagh.

Tras el descanso, el electrónico siguió favoreciendo a las belgas, aunque nunca más allá de los diez puntos de ventaja, dando opción a una recuperación del equipo local.

Con el 72-72 a falta de 6 minutos se abrió otro encuentro, lleno de triples para ambos equipos, pero una desafortunada antideportiva de Julie Vanloo permitió a menos de dos minutos volver a empatar a 81.

Un final de infarto

A falta de 15 segundos un triple de Saki Hayashi puso uno arriba a las niponas, momento que aprovecharon para, con balón para las belgas, presionar en defensa.

Al final se la jugó Kim Mesdagh, recibiendo para triple, amagó y decidió un tiro más seguro que rebotó en el aro pero que no entró, y al sonar la bocina, la alegría de las japonesas se desató, siendo semifinalistas en sus propios Juegos Olímpicos.