Jaume Masià Vargas, piloto originario de Algemesí (Valencia) consigue a sus 23 años su anhelado título mundial de Moto3. Sin duda, su trayectoria y su paso por la categoría pequeña no ha sido nada fácil. En su sexto año en la categoría, ha sido el más rápido y ha sido capaz de coronarse y ser laureado en la penúltima cita del mundial 2023, celebrada en Qatar.
Debemos tener en cuenta que, a mitad de esta temporada fue oficializado su salto a la categoría de Moto2 con el equipo Pertamina Mandalika SAG, y siendo honestos, tener el futuro garantizado en el mundial, y aún más, saltando a la categoría de Moto2, le transmitió mucha calma para centrarse al cien por cien en su actual título.
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Inicios
El talento del piloto valenciano ya venía asomando desde el primer Wildcard que realizó en el mundial de Moto3 en el GP de Austria en 2017, sustituyendo a Darryn Binder por una lesión. Acabó noveno, pero en su primer fin de semana en el mundial estuvo en posiciones de podio luchando con pilotos como Joan Mir o Jorge Martín.
Al año siguiente, en su salto a Moto3, se proclamó rookie del año en el equipo Bester Capital Dubai, su talento fue observado por muchos equipos, pero también criticado varias veces por su agresividad en pista y su hambre en exceso por conseguir buenos resultados.
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Cambios de aire
Un paso clave en la carrera deportiva de Jaume Masià, sin duda, fue el cambio de equipo al equipo “de su vida”, el Leopard Racing Team. Aquí su mentalidad cambió hacia un estado más centrado y más focalizado en sí mismo, así como en sus objetivos. El año en este equipo fue muy positivo, pero los resultados llegaron a final de temporada, cuando ambos habían separado ya sus caminos.
Y así fue como dio el paso al Red Bull KTM Ajo, donde estuvo dos años que no acabó de cuadrar, por caídas propias y errores ajenos. Con él se llevó mucha experiencia de este equipo.
Durante estos años y cambios, dio un gran paso y creció mucho como piloto, pero por distintas razones, nunca acabó cuadrando el año indicado.
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El año de la victoria
Y de nuevo, volvió al Leopard Racing Team, equipo con el que tenía una espina clavada y una duda al fondo, de lo que hubiera pasado si continuaran juntos. Por ello, 2023 fue el año de volver “a casa” y de soñar. Pero no fue nada fácil, el resultado es fruto de años luchando y entrenando sin paradas, donde la clave ha sido la constancia y creer en su capacidad.
Desde principios de temporada, vimos a un Jaume distinto, que sabía lo que perseguía, y que dejó claro que ya no era aquel “Macauly”.
La parte inicial del mundial es positiva, varios podios y buenas posiciones pero con un cero en carrera. A la vuelta del verano la constancia definía sus carreras; varias victorias y podios le sumaron mucha confianza, y cada vez más, se le podía entrever como campeón del mundo de Moto3. Las buenas sensaciones se acumulaban cada vez más en él, y el binomio Leopard-Masià cada vez tomaba más fuerza. Esto se reflejó en el primer triplete, a la vuelta del parón veraniego: dos victorias consecutivas y un sexto puesto, le afirmaron ese poder que estaba tomando.
Poco a poco el mundial iba llegando a su fin y era el gran candidato y el más regular, ya que muchos de sus contrincantes veían como se desvanecían sus posibilidades, como era el caso de Dani Holgado o Deniz Oncü.
En la penúltima carrera del mundial, celebrada en Qatar, finalmente se corona como campeón del mundo de Moto3, tras una carrera con adelantamientos, toques y batallas al límite extremo con su perseguidor, Ayumu Sasaki. Fue una carrera al “antiguo estilo” con estrategias de equipo y jugadas entre pilotos.
Pero con todo ello, consiguió cruzar línea de meta primero, y por fin, por todo lo que soñó desde aquel 2017, se hizo realidad. Y lo hizo en el equipo que sentía como “su” equipo, sintiéndose apoyado por todos los integrantes de él y luchado como una pequeña familia del paddock. La emoción era conjunta, igual que las victorias o caídas durante toda la temporada.
Jaume llegó exhausto a la celebración, y las emociones brotaron al primer instante. Tras años de errores y fallos, sin conseguir buenos resultados, pensando que todo iba a acabar, sin equipo para el siguiente año… Dejarse caer en el pensamiento negativo y tirar la toalla era muy fácil, pero consiguió reponerse de todo lo malo, y todos esos años difíciles. Este era su año, estaba todo encajando para que se diera este final, y él consiguió encajarlo todo a la perfección este año.
En muchos casos, con esfuerzo y constancia, los sueños se cumplen. El Leopard Racing Team y Jaume Masià despidieron su último años juntos, de la mejor forma posible; el título de campeón del mundo de Moto3 2023 en la penúltima cita del campeonato. Fue la despedida ideal.