FC Barcelona 2015: el año de los cinco títulos

Se acaba de cerrar uno de los mejores años de la historia del FC Barcelona, que dejó en las vitrinas cinco copas más: Liga, Copa del Rey, Liga de Campeones, Supercopa de Europa y Mundial de Clubes. Un año en el que el tridente se destapó al mundo, para deleitar con su conexión infalible, en el que Leo Messi alcanzó cifras casi inalcanzables para aquellos osados que deseen arrebatarle la gloria de su sinfín de récords, el del adiós de 'Peter Pan' Xavi Hernández, la consagración de Busquets y el auge de Sergi Roberto.

FC Barcelona 2015: el año de los cinco títulos
El tridente que escandiló al mundo en 2015. (Foto: Noelia Déniz - VAVEL)
noeliadeniz
Por Noelia Déniz

El Barça cerró uno de los mejores años de su historia, el de los cinco títulos, con una victoria que les mantiene líder en la clasificación en Liga, con el Arsenal en el horizonte, su rival en octavos de final de Champions League y el Espanyol a la vuelta de la esquina, en el cruce de octavos de Copa del Rey. Vivo en las tres competiciones, y con el tridente mágico en su mejor momento, así arranca el año nuevo para los azulgranas, que tendrán por delante el durísimo reto de superar las conquistas de un 2015 de fábula.

Pero no fue un camino de rosas para los culés, que el 4 de enero, en el primer partido disputado tras el parón navideño, cayeron derrotados por la mínima de Anoeta, haciendo sonar todas las alarmas. Los soldados de Lucho se sacaron la espina cuatro días después, en octavos de final de Copa del Rey, con una manita al Elche (5-0), al que también golearon en la vuelta, 0-4, para asegurar su pase a semifinales.

Era apenas el inicio de la remontada de lo que sería un año difícilmente repetible.

En la Liga siguieron llegando las goleadas, al Atlético de Madrid, al Depor, y la victorias en Copa de nuevo sobre los colchoneros. 1-0 en el Camp Nou, y 2-3 en el Calderón. Después de que las sombras acechasen sobre Can Barça, la situación del equipo dio un giro y ningún rival parecía capaz de frenar a un conjunto sobresaliente, hasta que el Málaga visitó el feudo azulgrana a finales de febrero, para llevarse una victoria pírrica.

El Barcelona se recuperó del susto superando al Manchester City a domicilio, con un doblete de Luis Suárez. Ganar se convirtió en un hábito para los hombres de Luis Enrique, que lograron meterse en la final de Copa del Rey tras superar al Villarreal por idéntico resultado (3-1), tanto en casa como en el Madrigal.

Apenas cuatro días después, le hacían la media docena al Rayo, para luego vencer al Eibar combatiendo el frío de Ipurúa, y eliminar al Manchester City de la Champions, tras superar a los de Pellegrini por la mínima, con un gol de Rakitic. Aquella fue una semana para recordar, con el pase a cuartos de la máxima competición europea en el bolsillo, y la victoria sobre el eterno rival, el Real Madrid, en el Clásico (2-1), con goles de Mathieu y Suárez.

Un Barça imparable que solo encontró un pequeño obstáculo en el Sánchez Pizjuan, de donde solo pudo llevarse un punto, a pesar de llevar una ventaja de 0-2, que el conjunto andaluz pudo remontar.

No dio tiempo a que se hablase demasiado del traspiés, los resultados que siguieron rozaron el escándalo, con cómodas victorias en Europa sobre el PSG y goleadas por 6-0 al Getafe y 0-8 al Córdoba en el campeonato liguero, así como un contundente 3-0 al Bayern de Guardiola, al que eliminó de la Champions, para meterse en la gran final de Berlín, pese a caer en terreno alemán por 3-2.

Se acercaba el final de una temporada en la que pocos defectos se le pudieron sacar a los culés, que sentenciaron la Liga esa misma semana, al imponerse por la mínima al Atlético de Madrid, en el Vicente Calderón, con un gol de Messi.

Trece días más tarde, el Barça se hacía con su segundo título, la Copa del Rey, tras superar al Athletic de Bilbao por 1-3 en la final, disputada en el Camp Nou, con goles de Messi, por partida doble, y Neymar.

La final de Berlín llegó apenas una semana después. Los azulgranas estaban a un paso de su segundo triplete, a punto de hacer historia, y no tuvieron excesivos problemas para deshacerse de la Juventus, en un partido que ganaron por 1-3, con goles de Rakitic, Suárez y Neymar. La Champions puso el broche de oro a una campaña casi impecable, y el equipo ofreció los tres merecidos trofeos a una afición entregada, en una Rua que el barcelonismo difícilmente olvidará. El capitán, Xavi Hernández, no hubiese podido tener una despedida mejor.

La actividad se retomó a finales de julio, con los canteranos Munir y Sandro ya integrados en la plantilla del primer equipo, a la que también se sumaron el ex del Atlético Arda Turán y el ex del Sevilla, Aleix Vidal, que no podrían competir hasta enero de 2016, dada la sanción impuesta por la FIFA. 2015/2016 comenzó con turbulencias para el tri-campeón, que fue barrido por el Athletic de Bilbao en la Supercopa de España.

En la primera jornada de Liga, los azulgranas se impusieron a los leones en San Mamés y continuó superando a sus rivales con resultados ajustados y un fútbol poco convincente, entre ellos el Atlético de Madrid (1-2). Leo Messi, suplente en el Vicente Calderón, acabaría siendo decisivo en la victoria del Barça.

Hasta que el Celta de Vigo hizo saltar todas las alarmas en Can Barça, al darle a los de Luis Enrique un auténtico baño en Balaídos (4-1). El exazulgrana Nolito fue el encargado de abrir la cuenta para los celestes, mientras Neymar anotaba el gol de honor para los catalanes.

Y como las desgracias nunca vienen solas, a este varapalo siguió la lesión de Messi, el ídolo de todos, el hombre récord, que se rompió en los primeros minutos del enfrentamiento con la UD Las Palmas y estuvo casi dos meses apartado de los terrenos de juego. La ausencia del argentino, sin embargo, desencadenó el auge de sus compañeros de ‘travesuras’ en la delantera: Neymar, que había tenido un comienzo de temporada irregular, y Suárez, se reivindicaron y tiraron del carro cuando el equipo más lo necesitaba.

Las dudas sobre la gestión de Luis Enrique se agravaron con la derrota ante el Sevilla en el Sánchez Pizjuán, mientras el Villanovense lograba dejar abierta la primera eliminatoria de Copa del Rey que disputó el Barcelona en la presente campaña, con un meritorio empate a cero que dejó en evidencia al combinado catalán. Pero las goleadas volvieron de nuevo a traer las sonrisas a los culés, ante el Getafe, Bate, Villarreal, Real Madrid, Roma, Real Sociedad y ya sí, en la vuelta del partido de Copa, ante el débil Villanovense.

El 0-4 del Clásico en el Bernabéu, en el que los azulgranas, líderes ya en su visita a los merengues, se mostraron intratables ante el Real Madrid, fue especialmente celebrado, con el añadido del regreso de Messi, tras permanecer casi dos meses ausente por lesión. El argentino sustituyó a Rakitic en el minuto 56. Suárez, confirmándose como el ‘killer’ que ya había demostrado ser en sus anteriores equipos, firmó un doblete, mientras Neymar e Iniesta hicieron el resto.

El Barça se impuso a la Roma en Champions, la Real Sociedad, con el exbarcelonista Eusebio Sacristán en el banquillo vasco, en Liga, y al Villarreal en Copa del Rey, pero cedió puntos ante el Valencia, empató ante el Bayer Leverkusen, ya clasificado para la siguiente fase en Champions, y volvió a inquietar dejándose empatar en su feudo, ante el Deportivo de la Coruña. Estos dos empates consecutivos en la competición regular sirvieron para que sus inmediatos perseguidores en la clasificación le dieran caza, recortando distancias.

El viaje a Japón, donde disputó el Mundial de Clubes, le vino bien al equipo, que goleó 3-0 al Guangzhou y después al River Plate, con idéntico resultado, para proclamarse campeón del Mundo y estrenar la estampa en la camiseta ya ante el Betis, en el último enfrentamiento de 2015. Ante el conjunto andaluz, Messi cumplió su partido 500 con la camiseta del Barça, Suárez sumó un doblete que le convierte en Pichichi de la Liga, con 15 dianas, y los azulgranas superaron al Real Madrid como equipo que más goles obtiene en un año natural, con 180 dianas.

Unas cifras que impresionan y en las que mucho tienen que ver los tres de arriba, Suárez, Neymar y Messi, que solo entre los tres han anotado 137 de esos 180 tantos. Una conexión mágica, especial, que va más allá de los terrenos de juego y hace que de sus botas nazca un fútbol altruista, generoso, enfocado en el equipo por encima de ambiciones individualistas, que promete seguir deslumbrando al mundo en 2016.